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- JOSUE CHUN
Lucas 1:1-25
1:1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,1:2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,
1:3 me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,
1:4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
1:5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.
1:6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
1:7 Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.
1:8 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase,
1:9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.
1:10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.
1:11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.
1:12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.
1:13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
1:14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;
1:15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.
1:16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.
1:17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
1:18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.
1:19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
1:20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
1:21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.
1:22 Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. El les hablaba por señas, y permaneció mudo.
1:23 Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa.
1:24 Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo:
1:25 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.
LE PONDRÁS POR NOMBRE JUAN
LE PONDRÁS POR NOMBRE JUAN
Palabra: San Lucas 1:1-25
V, Clave 1:13 “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída y tu mujer Elisabet dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan..”
¡¡Feliz Navidad!! Dios les bendiga. Ya estamos en el último mes del año 2024. Y estamos en el mes de Navidad. ‘Navidad’ procede del latín "Nativitas", que significa nacimiento. Nosotros la iglesia celebramos el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo. Antes de su nacimiento, el evangelio San lucas habla del otro nacimiento el cual precedió al nacimiento del Cristo. Hoy recibiremos el mensaje de Dios por medio de este nacimiento precedente a Jesús.
La palabra de hoy nos enseña a qué clase de personas se dio buenas nuevas de este nacimiento y cuál mensaje contenía estas buenas nuevas. Tal como el nacimiento del salvador es para todos nosotros, este nacimiento precedente también contiene un mensaje maravilloso para nosotros que esperamos su promesa. Oro que Dios nos ayude a recibir esas buenas nuevas de la manera muy personal a través de esta palabra.
Primero las cosas ciertísimas (1-4). El evangelio San Lucas comienza por motivo y destinatario del escrito en los versos 1-4. Lucas era el médico amado y el colaborador de apóstol Pablo (Col. 4:14). Él investigó todas las cosas con diligencia desde su origen de las cosas de Jesús tal cómo hemos de notar en su escrito. Su investigación era tan exhaustiva que respalda la credibilidad de esta historia.
Entre estos 4 versos (1-4), notamos dos expresiones superlativas. “Ciertísimas” (1) y “Excelentísimo Teófilo” (3). ‘Ciertísimas’ afirma que la historia de Jesús no tiene lugar a dudas más mínimas. Esta historia fue vista, experimentada y enseñada por los testigos y ministros de la palabra desde el principio (1-2). Y el evangelista Lucas ordenó esta historia para un destinatario ‘excelentísimo Teófilo’. El nombre "θεόφιλος" ("Teófilo"), significa ‘amigo de Dios en griego’ o ‘amado de Dios’. No se conoce la identidad histórica de Teófilo, por lo cual existen diferentes conjeturas al respecto. Cuando lo llama por ‘excelentísimo’, el Teófilo puede tratarse de una persona de rango muy alto o de un nombre simbólico como la iglesia ‘amados de Dios’. Sea cual sea, ‘Teófilo’ es personaje instruido en la verdad de las cosas sucedidas por Jesús (4). Por lo tanto, esta historia está destinada a nosotros que somos instruidos y amados por Jesucristo como el destinatario final.
¿Con quién inicia este evangelio?
Segundo, Zacarías y Elisabet delante de Dios (5-7). El tiempo era de los días de Herodes quien fue rey de Judea. Según san Mateo, encontramos que Herodes era quien mató a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, cuando nació Jesús. (Mt. 2:16). Él era un rey muy tirano y ambicioso al poder. Bajo este tipo del rey, ninguna justicia y esperanza puede haber entre el pueblo. Era fácil llevar una vida desilusionada e influenciada por el mundo corrupto, injusto y ambicioso en todo y vivir tal cual como la vida de Herodes. Incluso los lideres religiosos llevaban una doble vida como el mundo tan corrupto.
Pero había las personas que vivían muy diferentes al corriente del mundo de Herodes. Vamos a leer el verso 6. “Ambos eran justos delante de Dios y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.” Zacarías era un sacerdote de la clase de Abías y Elisabet, su mujer era también del linaje Aarón del sacerdocio. Ellos eran ‘justos delante de Dios’. Pocas veces, la Biblia usa esta palabra ‘justo’ para una persona excepto a Noé (Gen. 6:9) y a José (Mt.1:19), etc. En concepto del pecado, no hay justo en este mundo. Pero aquí la palabra dice que ellos eran ‘justos’ delante de Dios. ¿En qué sentido ellos eran justos?
Primero ellos eran justos ‘delante de Dios’. Ellos vivían delante de Dios. ‘vivir delante de Dios’ puede decirse ‘vivir la palabra de Dios’. El verso 6b dice ‘andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor’. A pesar de vivir bajo el gobierno injusto y malo, ellos no dejaron llevar sus vidas por la influencia del mundo, sino por todas las palabras de Dios. Ellos amaban la palabra de Dios y la vivían irreprensibles. Esto implica cuánto ellos habrían luchado contra el pecado y obedecido a una palabra sin ligereza. Pusieron su esperanza y delicia solo en Dios y su ley tal como dice Salmo 1:1-2 “Bienaventurado el varón … que en la ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche”
Pero ¿Qué valor tiene una vida delante de Dios en el mundo tan injusto y corrupto? ¿No la ignora el mundo? A la vista del mundo, vivir delante de Dios puede verse insignificante y desperdicio. Además vivir delante de Dios para Zacarías y Elisabet que no tenían hijos pudiera parecer una tontería. Pero ellos sin importar la condición en dónde se encontraban siguieron vivir delante de Dios fielmente. Ellos igualmente amaban a Dios y su palabra y llevaban una vida de oración y servicio tan fiel delante de Dios.
Debemos saber que Dios pone sus ojos no en las personas como Herodes, sino en los que viven delante de él como Zacarías y Elisabet. Dios ve en secreto como lleva uno su vida ante él. Aunque el mundo no la valora y más bien la desprecia, Dios valora en gran manera a los que viven delante de él. Dios los considera como protagonistas verdaderas en la historia. Y cuando llega su tiempo, Dios los visita y enaltece con un regalo sorprendente.
Además, del verso 6, encontramos la palabra ‘ambos’. Zacarías era un varón de fe y Elisabet también una mujer de fe igualmente. Ambos eran amantes a la palabra de Dios y eran compañeros de fe el uno al otro. Era un matrimonio unido en la verdad y en vivir delante de Dios. A Dios le gusta usar a tal matrimonio de fe; ‘Abraham y Sara’, ‘Isaac y Rebeca’, ‘José y María’, ‘Priscila y Aquila’, etc. Si queremos que nuestro hogar reciba la gran bendición de Dios, tenemos que orar para que ambos vivamos delante de Dios en la misma fe, misma visión, misma salud y mismo amor. Si ambos viven delante de Dios, Dios lo verá en secreto y traerá una bendición mucho mayor de lo que esperamos.
A pesar de sus vidas de fe, ellos tenían un problema serio en su matrimonio que no tenían hijos. Elisabet era estéril. La esterilidad era una afrenta a las mujeres en esa sociedad de Judea (25). Elisabet pudo haber estado con dudas, descontentamiento y rebeldía contra Dios. Pero ella igualmente confió en Dios y su soberanía hacia su vida y llevaba una vida justa delante de Dios sin cambio. ¿Cómo Dios trató a este matrimonio?
Tercero, Buenas Nuevas a Zacarías (8-25). Al llegar su tiempo, Dios tomó acción para bendecirles. Zacarías se encontraba en su fiel servicio como sacerdote. Aquellos días había los 24 clases de sacerdocio. Cada clase oficiaba en el templo de Jerusalén, dos veces al año, durante una semana. Unos 300 sacerdotes trabajaban en cada ocasión. Y Zacarías era de clase de Abías (1 Cr 24.10). Esta vez le tocó en suerte algo muy honroso de entre 300: ofrecer el incienso en el altar de los perfumes, dentro de la primera estancia del Santuario, llamada el “Lugar Santo”. Era la providencia de Dios. Y se le sucedió algo en el santuario y era buenas nuevas llegadas a Zacarías y Elisabet.
¿Cuál era estas buenas nuevas?
Uno, Dios misericordioso (13). Cuando entró en el santuario, allí se le apareció un ángel del Señor puesto de pie a la derecha del altar del incienso (11). Al verlo, Zacarías se turbó y lo sobrecogió temor. ¿Cuál mensaje se le dio a Zacarías? Vamos a leer los versos 13. “Pero el ángel le dijo: —Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída y tu mujer Elisabet dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan.” El ángel Gabriel ya conocía a Zacarías por nombre. Conocía que Zacarías había venido orando por un hijo. Y le transmitió la noticia del nacimiento de un hijo a Zacarías. El ángel le dio el nombre del niño. “Le pondrás por nombre Juan”. ‘Juan’ que significa ‘Dios misericordioso’. Cuando Dios dio el nombre al niño, su nombre incluía el mensaje de Dios como buenas nuevas. Su nombre manifiesta que ya llegó al mundo la misericordia de Dios que había sido pronunciada por medio de sus promesas.
Para Zacarías buenas nuevas era la verdad que su oración había sido oída por Dios. ¿Cuántos años habría estado orando Zacarías por un hijo? ¿No sería durante toda su vida? Hasta que casi se le apagara la esperanza o ya se la apagó a un hijo, Zacarías oraba aún. Finalmente él pudo oír que su oración ha sido oída. ¡Qué buena noticia es esta misma que Dios oye la oración! Además con el nombre ‘Juan’, Dios quiso que Zacarías creyera y viviera en su misericordia hacia su propio matrimonio.
Este anuncio del ángel nos da a saber que nuestro Dios escucha toda nuestra oración sin omitir ninguna en su misericordia. Tantos tópicos de oración tenemos en nuestra vida diaria. Pero con algunos tópicos oramos sin convicción de que Dios lo escuche. Y resulta que oramos como costumbre sin creer que sea oída. Pero la palabra de hoy nos enseña claramente que Dios está escuchando nuestra oración en silencio y la toma en su consideración. Tal como Dios le respondió a Zacarías a la edad avanzada, del tiempo y la manera de responder, los decide el Dios soberano. Dios sabe el tiempo y la manera mejores para manifestar su gloria plenamente. Dios quiere que oremos creyendo en él. De esto Jesús dijo. “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? / Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lc. 18:7-8)
Tal vez algunos de nosotros han venido orando por la conversión de algún miembro familiar (por mamá o papá, hermano o hermano, etc), pero no vemos la respuesta de Dios aún. He estado orando por un Abraham y Sara de fe para la obra de chile UBF. Pero por no haber podido ver los frutos visibles, he encontrado que yo estaba orando con dudas. Me ví un hombre de la edad avanzada espiritualmente como Zacarías. Pero estos días Dios me va cambiando a arrepentirme de mi incredulidad y anima a mantenerme con fe en él. Dios nos ayudó a nuestro matrimonio a tener fe en la fidelidad y la misericordia de Dios, no en nuestros esfuerzos humanos. Dios va cambiando mi corazón que me hace orar creyendo. La palabra de hoy me susurra ‘tu oración ha sido oída ya y viene en camino’. No sé para cuándo y cómo llegue su respuesta, pero creo que Dios es misericordioso con quienes oran fielmente y trae buenas nuevas sorprendente a todos ellos.
¿Usted tiene algún tópico de oración con que su esperanza de ser oída sea casi apagada? o ¿Tiene varios tópicos por los que ora no creyendo? Entonces, recibamos esta palabra del ángel Gabriel. “no temas, porque tu oración ha sido oída” Tenemos que creer que Dios escucha nuestra oración sin omitirlo a ninguna. Sé que cada uno de nosotros tiene un dolor indecible por el cual ora con lágrimas en silencio. Pero Dios quiere que oremos sin perder la esperanza. Él quiere que oremos creyendo hasta que sea oída nuestra oración. Mientras tanto que esperamos su respuesta, Dios quiere moldear nuestro interior para que pongamos toda esperanza en su misericordia. Dios prepara nuestro ‘Juan’, una respuesta de su misericordia en su tiempo y a su manera. Oremos constantemente creyendo y otra vez creyendo en él. Oro que sus buenas nuevas llegue a nuestra vida de la manera muy personal con esperanza. Amén.
Dos, No vino ni sidra (14-15). Pues, ¿Qué clase de persona va a ser el niño? Vamos a leer los versos 14-15. “Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, / porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.” Su nacimiento trae gozo y alegría. Pero este gozo y alegría no son solamente para Zacarías, sino también para muchos. ¿De qué manera?
Primero él será grande delante de Dios. La grandeza de uno depende del hombre interior y su carácter. Este niño no beberá Vino, ni sidra. Vino y Sidra eran los que alegraban el ánimo de los hombres. Aquella época por no tener esperanza alguna, Vino y Sidra eran única consolación que alegraba a sus corazones. Para los desesperanzados Vino y sidra trae cierto alivio en corazón. Pero vino y sidra no son las cosas que hacen discernir la obra de Dios y servirla. Solo los llenos del Espíritu pueden discernir su voluntad y servirla. De hecho Juan el Bautista vivía así apartado de todo tipo de vino y sidra y anduvo lleno del Espíritu Santo en compañía de Dios. Así se hizo un varón grande que influyó a muchos en su época.
Cada persona puede llevar una vida llena del vino y sidra o del espíritu santo. Vino y sidra representan las cosas que alegran el ánimo de una persona a nivel físico y humano. Internet, Video, Redes sociales, muchas compras pueden ser nuestro vino y sidra que alegran nuestro corazón de alguna manera. Estas cosas no son malos en sí. Pero llenos solo de tales cosas, no podemos llevar una vida grande delante de Dios. Para servir y glorificar a Dios, necesitamos llevar una vida llena del Espíritu Santo. Necesitamos vivir delante de Dios como Zacarías y Elisabet quienes amaban y vivían la palabra de Dios. Una vida llena de la palabra de Dios y su Espíritu puede discernir la buena voluntad de Dios y servirla en su gracia. Esta persona es grande delante de los ojos de Dios. Oro que seamos las personas llenas no de vino y sidra, sino del Espíritu Santo día a día. Amén
Tres, Un pueblo bien dispuesto (16-17). ¿Qué va a hacer este niño? Vamos a leer 16-17. “Hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor, su Dios. / E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” Él hace que muchos se conviertan al Señor, su Dios. Con el espíritu y el poder de Elías Juan irá delante del Cristo para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos. Los padres se hacen responsables a criar a sus hijos en amor y los hijos rebeldes se hacen prudentes como los justos en su hogar. Sucede un avivamiento en arrepentimiento por Juan. “Yo os envío al profeta Elías antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. / Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y castigue la tierra con maldición.” (Mal. 4:5-6). Juan prepara a un pueblo dispuesto para recibir al Señor, porque la salvación viene no solo del arrepentimiento, sino del sacrificio del Cristo. Ante Dios no hay una vida más grande que hace preparar el corazón de uno hacia el Cristo, porque el Cristo es el Dios grande.
Finalmente ¿Cuál es lo principal del mensaje del ángel Gabriel? ‘Le pondrás por nombre Juan’. Con este nombre ‘Juan’, el ángel entregó el mensaje que grande es su misericordia de Dios. Su misericordia alcanza todos los pecadores inmerecidos. Su misericordia atiende a los que oran con anhelo y paciencia como Zacarías y Elisabet. Su misericordia triunfa en ganar almas desesperadas. Dios es misericordioso en gran manera con todos los que le buscan con todos sus corazones y se manifiesta con una salvación grande.
¿Cómo reaccionó Zacarias a esta noticia del ángel? Por ser tan sorprendente la noticia del ángel Gabriel, Zacarías no pudo creerlo. “¿En qué conoceré esto?, porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada.” Por hablar incrédulo, Zacarías recibió una disciplina por el ángel. Hasta el día de nacimiento del niño, Zacarías quedó mudo. Es una disciplina del amor para Zacarías para que él creyera y hablara solamente las palabra de fe con su boca. Tal como la palabra del ángel, en el tiempo señalado Elisabet concibió y alabó a Dios, diciendo “Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.”
En conclusión, Dios pone sus ojos a quienes viven su palabra delante de él. Nuestro Dios valora y bendice en gran manera al matrimonio que viven unidos en fe. Dios oye a tales personas y les traen buenas nuevas en su misericordia. Oro que Dios nos haga vivir como Zacarías y Elisabet para que podamos preparar el camino del Cristo en nuestro tiempo. Amén
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