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Lucas 9:10-17
9:10 Vueltos los apóstoles, le contaron todo lo que habían hecho. Y tomándolos, se retiró aparte, a un lugar desierto de la ciudad llamada Betsaida.9:11 Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
9:12 Pero el día comenzaba a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto.
9:13 El les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.
9:14 Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
9:15 Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos.
9:16 Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente.
9:17 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos.
DADLES VOSOTROS DE COMER
Bienvenidos amados hermanas(os). Ayer fue un tiempo muy especial porque tuvimos nuestro Foro Bíblico Online titulado “¿Dónde fundás tu vida?”. Me sorprendí mucho por la participación, estábamos orando para que hubiese 10 hermanos nuevos, pero por la gracia de Dios atendieron casi el doble. Hubo personas de distintos países, con distintas edades y también de distintas regiones de la Argentina. Me di cuenta que, en general, la gente en nuestro tiempo tiene mucha necesidad espiritual, y hay muchas personas que quieren aprender de Jesús y necesitan que les ayudemos a acercarse a Él.
Y precisamente la palabra de hoy nos habla de una historia en que Jesús y sus discípulos fueron abordados por una multitud que necesitaba un pastor que los cuidara. Esta mañana aprenderemos de la denominada “alimentación de los 5000”, este fue un milagro en que Jesús multiplicó 5 panes y 2 peces para darle de comer a sus ovejas. Oro que hoy podamos aprender del mandato de Cristo que dice: Dadles vosotros de comer, y que efectivamente nosotros seamos discípulos que trabajemos en la evangelización de ese montón de gente que hoy día tiene mucha necesidad espiritual. Amén.
EL DESCANSO EN JESÚS
Leamos el v.10a “Vueltos los apóstoles, le contaron todo lo que habían hecho.” Antes de entrar en el tema, quisiera contarles que, este pasaje es uno de los pocos que se encuentra relatado en los cuatro evangelios simultáneamente (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y aunque es la misma historia, en cada uno de ellos podemos aprender particularidades de este evento que muchos catalogan como el milagro más sorprendente de Cristo. Y una de las enseñanzas especiales que nos deja el evangelio de Lucas en cuanto a esta historia está en el verso que acabamos de leer, se trata de la ubicación temporal de los hechos. La semana pasada, en la primera porción del capítulo 9, nosotros aprendimos de la Misión que Jesús le ordenó a sus discípulos, que fue ir a predicar el evangelio del reino de Dios por todas las aldeas. Bueno, note que la historia de hoy ocurrió inmediatamente después de que ellos llegaron de su viaje de misión, porque dice esta palabra que ni bien ellos llegaron comenzaron a contarle a Jesús todo lo que habían hecho.
Para mi es fácil imaginarme esta escena, porque muchas veces cuando era niño, llegué a mi casa a contarle a mi mamá todos los detalles después de haber obtenido una victoria. Por ejemplo, cada año mi hermano y yo íbamos a un campamento vacacional (acá dicen colmena) organizado por un equipo de beisbol profesional en Venezuela. En ese campamento, los entrenadores eran beisbolistas profesionales que uno normalmente veía por televisión. Podrán imaginarse ustedes la emoción de uno como niño, viendo a sus ídolos del deporte enseñándonos a Jugar. Es como si un nene en la Argentina fuera invitado por Messi a entrenar futbol en el tiempo de vacaciones de la escuela. Bueno, entonces lo que les decía es que, después de llegar de estos entrenamientos con mucha emoción yo le contaba a mi mamá, en detalle, todo lo que enseñaron ¿por qué? porque para mi había sido una gran victoria.
Entonces yo imagino a los doce diciéndole al Señor: “Maestro nos fue muy bien en el viaje, mucha gente escuchaba la palabra, a otros les sacamos demonios, y a muchos los sanamos de sus enfermedades”. Seguramente también le contaban cosas como estas: “Maestro en la aldea X nos recibieron con un gran banquete, pero en la otra aldea ni siquiera nos dejaron entrar”, y así sucesivamente.
Pero veamos ahora la respuesta de Jesús, leamos el v.10b “Y tomándolos, se retiró aparte, a un lugar desierto de la ciudad llamada Betsaida.” A pesar de la victoria que los discípulos habían tenido, Jesús les invitó a poner un alto y retirarse a un lugar aparte, ellos solos. ¿por qué? Leamos Marcos 6:31 “El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer.” Los discípulos tenían tanto trabajo que ellos no podían ni siquiera comer, y para Jesús era necesario que ellos se tomaran un descanso.
Normalmente cuando a nosotros nos va bien en lo que hacemos tenemos la tentación de seguir haciéndolo sin parar, y más si aun muchas tareas por hacer; por ejemplo, una persona que tiene éxito en su negocio, aunque haya ganado mucho, si tiene más clientes por atender, es probable que siga trabajando para tratar de ganar más y más; también, aunque un científico haya hecho un gran descubrimiento, es común que este siga estudiando toda la vida para tratar de llegar lo más hondo posible en el conocimiento; y así sucesivamente, es casi igual en todas las áreas de la vida. Pero Jesús nos enseña que aunque nos esté yendo bien en lo que estamos haciendo y aunque haya muchas más cosas por hacer es necesario que pongamos un alto para descansar, porque nuestro cuerpo necesita descanso. A veces creemos que debemos cuidar nuestro corazón solo en la derrota, porque podríamos desanimarnos y deprimirnos, pero acá vemos que también es muy necesario prestar atención cuando tenemos una victoria, porque en el momento bueno también hay tentaciones.
Nótese en qué consistía el descanso al que Jesús invitó a los doce, era irse a un lugar aparte ellos solos con el Señor. Lo cual nos enseña que no solo debemos descansar físicamente, sino que el verdadero descanso está en apartar un tiempo para estar solos con Jesús. En el libro ► “La Batalla de Cada Mujer”, la autora Shannon Ethridge nos enseña su estrategia. Ella dice: “Cuando estoy estresada o me siento abrumada, he descubierto que quedarme quieta y en descanso en la presencia de Dios me ayuda a hacer frente a las demandas de mi matrimonio, de la maternidad y del ministerio… Además de separar algún tiempo cada día para descansar en los brazos de Dios y conversar con Jesús, te recomiendo que programes un período sabático a solas con Dios al menos una o dos veces al año.” Obviamente esta autora sabe que es muy difícil, en medio de tantas ocupaciones sacar un tiempo para estar a solas con Dios, de hecho, comenta lo siguiente: “Cuando les he preguntado a las mujeres qué les impide hacer el esfuerzo de escaparse para retirarse con el Señor, las tres respuestas más comunes que recibo han sido falta de tiempo, la falta de dinero y la falta de ayuda con la casa y los niños.” Ante esto ¿saben cuál es su consejo? “todas tenemos el mismo día de veinticuatro horas, y Él (Dios) te ayudará a separar algún tiempo para tan alta prioridad… pon en funcionamiento la creatividad para ver cómo puedes irte por algún tiempo” ¿Qué les parece su análisis? Para mí es un gran ejemplo, me redarguye y anima a tener estos tiempos de retirada con Jesús, porque aunque pensemos que más bien nos complican la vida, ya que debemos invertir tiempo y eventualmente dinero; en lugar de eso estas escapadas nos potencian y ayudan a ser mejores personas, mejores trabajadores, esposos, hijos, siervos, etc. Por lo tanto, valen la pena.
LA GENTE LOS SIGUIÓ
Ahora leamos el v.11 “Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.” Según el verso anterior, él lugar al que se retiraron Jesús y sus discípulos fue un desierto en una ciudad llamada Betsaida. Este lugar no estaba tan lejos, ellos podían irse caminando, pero el evangelio de Mateo y Juan dicen que se fueron en barca a través del Mar de Galilea. Aparentemente porque de esta manera la multitud no podría seguirlos. Sin embargo, este verso que acabamos de leer cuenta que esto no sucedió así, sino que la gente se fue siguiéndolos (corriendo) por tierra mientras que ellos iban por el mar ¿y que hizo Jesús? como vemos acá, él los recibió y los atendió. Marcos 6:34 dice que “… tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor”. Es muy importante que notemos lo que hace un corazón compasivo. A veces confundimos la compasión con lástima, pero son cosas diferentes, porque la compasión implica que nosotros hagamos algo para mejorar la condición de esa persona que necesita ayuda. Nosotros no debemos sentir lástima de la gente, sino que debemos tener compasión.
Pero otro aspecto importante es ver el orden de las acciones de Cristo para ayudar a las ovejas, primero les predicó el reino de Dios y luego sanó sus enfermedades. Podríamos llegar a pensar, y así lo cree la mayoría en el mundo, que la ayuda verdadera es solamente la ayuda material, pero esto es incorrecto, si fuese así Jesús, para ayudar a esta multitud solamente les habría resuelto sus problemas de enfermedades y ya. Pero vemos que el Señor junto con esto les ayudó a resolver su problema más grave -que es el pecado- a través de predicarles el reino de Dios. Entonces hermano, es muy bueno y necesario que nosotros ayudemos a los más necesitados. Si tienen necesidad de alimento, démosle comida; si no tienen ropa, démosle vestimenta; y si el problema es una enfermedad démosle medicinas o ayudémoslos a recibir el tratamiento respectivo. Todo eso está muy bien. Pero no olvide que lo más importante es que junto con eso usted le dé la palabra de Jesús a aquel que está ayudando, si no, su ayuda no será completa, solo será una solución a medias.
Esto me recuerda mi primer año como Misionero acá en la Argentina. En una ocasión mi esposa y yo fuimos a predicar a la Universidad y nos topamos con un stand de una agrupación que se dedica a construir viviendas para los más necesitados en los barrios. Fue muy interesante hablar con una chica que pertenecía a esta organización, porque ella nos decía que para ella lo más importante era darle una casa a aquellos que no tienen vivienda o que viven muy precariamente, y que ella pensaba que eso era suficiente. Pero realmente, aunque la labor de ella (y ellos) es maravillosa y muy buena, el punto está en que no resuelve el problema más grave que tiene esa familia, que es el problema de pecado. Por lo cual, para que la ayuda sea plena, es necesario, así como hizo Jesús, que se les predique el evangelio del reino, y que ellos crean en Jesús y su alma sea salva en la gracia de Dios.
Ahora leamos los v.12,13 “Pero el día comenzaba a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto.” Resulta que mientras Jesús estaba predicando y haciendo milagros el día transcurrió y empezó a llegar la noche, lo cual suponía un problema ¿por qué? porque debido a la cantidad de gente no tenían ni donde alojarlos durante la noche, ni qué darles de comer. Por eso los discípulos le dijeron a Cristo algo como esto: “Maestro nosotros creemos que ya está bueno de predicar y hacer milagros, vamos a despedirlos para que ellos vayan a buscar dónde quedarse y busquen qué comer, porque es tarde” ¿qué les parece a ustedes esta solicitud? Siendo sincero yo también me habría preocupado y respondido algo similar. Pero miremos lo que les dijo Jesús, leamos el v.13a “Él les dijo: Dadles vosotros de comer”.
Aunque en la primera parte aprendimos que Jesús mismo le pidió a sus discípulos irse a un lugar apartado para descansar, y aunque aprendimos que esto es importante y necesario, ahora vemos que el mismo Jesús le pide a sus discípulos que atienda a la multitud ¿es acaso esto una contradicción? ¡De ninguna manera! Más bien esta orden de Jesús nos deja una enseñanza adicional y complementaria. Y se trata de la actitud que debemos tener para con aquellos que buscan nuestra ayuda. Antes, Jesús atendió a la gente y una vez que terminó se fue aparte para que no llegaran más personas y así pudiese descansar él y sus discípulos. Pero ahora, ya que la gente lo buscó, él no nos rechazó, sino que los atendió y les pidió a sus discípulos que los alimentaran. No está bien que nosotros echemos o hagamos esperar a una oveja. Si tenemos en frente a una persona necesitada, Dios quiere que tengamos un corazón compasivo y la ayudemos a pesar de nuestras ocupaciones y límites.
Y fíjese que el problema que manifestaron los discípulos fue precisamente su límite humano, leamos el v.13b “Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.” Ellos no tenían mucho que darle las ovejas, pero Jesús, sabiendo esto, los animó diciendo: dadles vosotros de comer. A veces nosotros nos rendimos, y no ayudamos a alguien, porque pensamos que con lo que tenemos no es suficiente para satisfacer su necesidad; alguien muy ocupado podría pensar que con el poco tiempo que tiene no puede predicar; otro que no tiene mucho conocimiento bíblico podría decir que lo que sabe no es suficiente para resolver todas las dudas de la oveja, y así sucesivamente. La verdad es que de todo punto de vista, siempre nosotros vamos a tener límites para poder servir en la obra de Dios y para pastorear una oveja, pero aunque el Señor sabe que tenemos limitaciones, aun así nos dice hoy: denle ustedes de comer. Fíjense que este es un mandamiento que no depende de las condiciones externas.
Ahora leamos los v.14-16 “Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta. Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos. Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente.” Hasta ahora no habíamos hablado de la cantidad de personas que estaban allí congregadas, y aunque acá vemos que eran 5 mil hombres, Mateo 14:21 dice que “…fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.” Por lo cual, se estiman que la multitud en total eran aproximadamente 20 mil personas. En este sentido la orden de Jesús (dadles vosotros de comer) era más difícil de lo que pensamos, porque si hubiesen sido 10 o 20 personas, quizá los 5 panes y 2 peses al menos le garantizaban comer un bocado, pero 20 mil personas hacía imposible que humanamente los discípulos los alimentaran.
Sin embargo ¿qué hicieron ellos? fueron obedientes, porque organizaron a las personas como Jesús les dijo, sin entender cómo iba a ser posible alimentarlos; dieron todo lo que tenían a Jesús, porque le entregaron los panes y pececillos; y finalmente trabajaron duro llevándole la comida que Jesús les daba. Estos tres aspectos que acabo de resaltar, son a mi juicio, los aspectos más fundamentales y necesarios para poder alimentar a las ovejas necesitadas. Para obedecer el llamado de “dadles vosotros de comer”. Si nosotros no obedecemos la palabra de Jesús no vamos a poder ayudar a ninguna persona a conocer a Cristo, si no entregamos lo poco que tenemos en la manos del Señor (tiempo, dones, dinero, conocimiento, fuerzas, etc.) él no lo bendice y lo multiplica, y si no trabajamos fuertemente las ovejas no recibirán tampoco el alimento de Dios. Te pido que recuerdes estas tres palabras: obediencia (implica fe), entrega y trabajo. Y aún más, te pido que revises si estás fallando en alguno de estos aspectos pues si uno solo te falta, cortas la cadena del milagro de Dios.
Sé que todos acá tenemos situaciones diferentes. Sé que el límite de cada uno es distinto. Y usted quizá en su silla piense: “Este pastor dice esto así a la ligera porque no entiende lo que yo estoy pasando” y es verdad, yo no podré entenderlo, pero me atrevo a animarlo a desafiar porque la palabra de Dios da testimonio de que lo que hoy puede ser tu límite, el Señor lo puede superar. Fíjense en el v.17 “Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos.” Los discípulos pensaron que sus pocos panes y peces no le alcanzarían para alimentar a todos, y quizá cuando los entregaron pensaron que no iban a comer esa noche, pero Dios es tan maravilloso que multiplicó a tal punto que sobró una cesta llena para cada uno de los discípulos. Y ahora yo te pregunto ¿Quieres disfrutar de tu cesta llena? Dales de comer.
Quizá no estás cuidando a una oveja porque tienes poco conocimiento. Si le das de comer Dios aumentará ese conocimiento, conocerás a Jesús mas de cerca. Quizá Tu límite es el tiempo, te animo a que entregues lo poco que tienes para ayudar a las ovejas, Jesús multiplicará tu tiempo, yo lo experimento a diario. Igual pasará con tus dones (como el canto, tocar instrumento, etc.) y tus bienes (tu casa, auto, etc.) ponlos al servicio de Dios y verás como él lo bendice, lo usa para alimentar a otros y aun te da a vos de esa bendición. Oro a Dios que todos acá seamos obedientes, entregados y trabajadores para servir a las muchas ovejas que hoy necesitan de nosotros, como dice la palabra en Lucas 2:10 “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos”.
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[27.Sep.2020]_Dominical-UBF-Argentina_(LUC_9..10-17)-Mensaje.pdf
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