Buen día hermanos(as). ¿saben cuál es el libro cristiano más vendido de la historia después de la biblia? se llama ► “El Progreso del Peregrino” y fue escrito en el siglo XVI, desde la prisión, por un predicador llamado ►John Bunyan. Esta es una novela en que se relata la ►travesía de un hombre que sale de su casa rumbo a una ciudad. Lo interesante de la historia, es que es una alegoría con la vida de fe, por lo que el autor le dio nombres simbólicos a los personajes y los lugares. Por ejemplo, el protagonista se llama Cristiano, porque nos representa a nosotros los cristianos, y la ciudad que busca es la Ciudad Celestial, que representa el reino de los cielos. les recomiendo ampliamente leer este libro o ver la película.

Quise iniciar hablándoles de este libro, porque hay una de las escenas del mismo que ejemplifica muy bien la historia que veremos en la palabra de hoy. Es algo que ocurrió en la casa de un hombre llamado el Intérprete, que representa a un intérprete de la palabra, y consiste en un ►corazón que estaba ardiendo en llamas y un ser echándole agua intentando apagarlo, mientras que otro le vertía aceite para mantener el fuego encendido. Ese corazón representaba la vida del creyente y el fuego la obra de Dios en nosotros. El que alimenta el fuego con su aceite -que es la gracia- es nuestro Señor Jesús, más el que le echa agua intentando apagarlo es Satanás y todos sus demonios. Como vemos en esa sencilla escena, entre Dios y Satanás hay una batalla por nuestro corazón, una batalla que es real, que nosotros vivimos y que veremos en la historia de hoy.

Hoy hablaremos del endemoniado de Gadara, y veremos cómo el diablo a través de sus demonios quiso destruir la vida de ese hombre, pero Jesús con su poder y autoridad sobre el mal lo rescató, sacrificando incluso un hato de cerdos. Oro que hoy podamos aprender más del poder de Cristo y de su palabra, pero que también veamos cuán importantes somos para él que no escatimó a la hora de rescatarnos, dando incluso su propia vida en nuestro lugar. He dividido el mensaje de hoy en cuatro partes:

Primero, Un hombre endemoniado busca a Jesús. Leamos los v.26,27 “Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea. Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde Hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.” La semana pasada vimos que Jesús y sus discípulos cruzaron el ►Mar de Galilea, y cuando estaban en el medio se desató una terrible tormenta en que casi se hunden, pero el Señor hizo el milagro de calmar el mar para que esto no sucediera. Como vemos, ya para este momento ellos habían terminado su viaje en barco y arribaron a la ciudad de Gadara. Esta ciudad estaba en la provincia Decápolis, que era un territorio gentil, esto significa que ellos no eran parte del pueblo de Israel, y que no vivían conforme a la palabra de Dios. Por eso, más adelante, veremos aspectos de su forma de vida, que no habríamos sucedido en una ciudad de los judíos.

Y para nosotros es importante que Jesús haya acudido a esta ciudad y hecho su obra allí, mostrando que la obra de salvación no estaba destinada exclusivamente para el pueblo escogido de Dios, como muchos piensan erróneamente, sino que desde el principio, Dios contempló rescatar a otras naciones, como nosotros. Si la obra de Jesús hubiese sido exclusiva para los judíos nosotros los latinoamericanos estaríamos condenados, pero gloria a Dios porque en su gracia nos vino a rescatar también a nosotros y visitó nuestras ciudades. Amén.

Y volviendo a los v.26,27, podemos notar que apenas Jesús y los 12 discípulos llegaron a Gadara, un hombre vino a verlos, pero no una persona común, sino alguien que tenía mucho tiempo endemoniado y que estaba en un estado bastante deplorable. Un endemoniado es alguien, cuyo cuerpo ha sido por los demonios, y por ende es una persona que no controla su vida, sino que en parte, o en su totalidad, es movida a discreción de ellos. El problema es que los demonios tienen el propósito claro de destruir al hombre y la creación, pues ellos son lacayos de Satanás. En el caso de esta historia podemos ver que los demonios habían destruido las distintas áreas la vida del gadareno, por una parte, destruyeron su familia, porque lo sacaron de su casa y lo llevaron a los sepulcros, este hombre ya no pudo más ver a sus hijos, esposa, madre, padre, etc. También destruyeron sus relaciones sociales, porque no podía más juntarse con sus vecinos y amigos, ya que representaba una amenaza para ellos y una vergüenza, era alguien desnudo, sucio, mal oliente, que tenía una fuerza sin control. Asimismo atentaron contra su salud del gadareno, y lo más grave es que impedían una relación de este hombre con Dios.

Y esta, en síntesis, es la obra de Satanás, el busca dominarnos para destruir nuestra vida en todo sentido, hasta llevarnos al punto de la muerte física y muerte eterna. Y aunque la posesión demoníaca es un estado muy avanzado de esa posesión, debemos saber hay otros niveles de dominación de los cuales también debemos cuidarnos. Uno de los mayores esfuerzos del enemigo está en desviar nuestra fe de Dios hacia otras cosas, él intentará que creamos en ídolos, en supersticiones, y si es posible que creamos en él antes que en Dios, y eso lo hace a través de manifestaciones que para nosotros son asombrosas, y que incluso ligeramente llamamos milagros. Un ejemplo de ello es la adivinación del futuro. Satanás es quien promueve el horóscopo, aunque esto parece inofensivo, es una trampa para que quitemos nuestra fe de Dios. El enemigo también promueve la lectura de cartas, de la mano, el tabaco, la bola de cristal, la hechicería, etc. Todas estas cosas son como anzuelos del diablo para engancharnos, dominarnos y luego destruirnos. Pero no son sus únicas maneras. Satanás también intenta dominarnos a través de los vicios, el dinero, amor humano, y otras cosas que como vemos, no necesariamente son pecados.

Por lo cual hermanos, conscientes de lo que nos enfrentamos, debemos tener cuidado y estar atentos en no abrirle ninguna puerta al diablo para no se meta en nuestra vida, como lo dice Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

Segundo, Jesús le pregunta ¿cómo te llamas? Leamos los v.28,30 “Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. (…) Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.” después que Jesús llegó a Gadara, como vimos en la parte anterior, el endemoniado por si mismo se acercó a Cristo y una vez estuvo en su presencia le gritó: ►¡Déjame en paz, Jesús, Hijo del Dios Altísimo! ¡Te suplico que no me atormentes! Lo que pasa es que Jesús, cuando se dio cuenta del problema del gadareno, le había ordenado al demonio que lo dejara. Y aunque hay varios aspectos que podríamos aprender de esta parte, hoy quiero que noten especialmente dos, lo primero es la autoridad de Jesús, los demonios son seres espirituales con mayor poder que nosotros los humanos, pero como Jesús es Dios, aún estos demonios se sujetan a Cristo y su voluntad. Mire las palabras que dijo el endemoniado, él reconoció a Jesús como el Mesías, pero aún así es evidente que no se sujetaba a la voluntad de Jesús. Esto nos enseña que no basta con reconocer/creer en Jesús con nuestras bocas para estar bien ante Dios, sino que como vemos acá, podría pasar que aun reconociéndolo correctamente estemos llevando una vida completamente opuesta a la voluntad del Señor. Santiago 2:19 dice: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”

Ahora bien, lo otro que podemos ver, especialmente en el v.30 es la pregunta que le hizo Jesús al endemoniado: ¿cómo te llamas? Esta interrogante llama mucho la atención, porque como venimos aprendiendo, Jesús es Dios, y en ese sentido debería saber el nombre del endemoniado, porque Dios es omnisciente. Entonces ¿por qué el Señor le hizo esta pregunta al gadareno? ¿qué significa realmente que Dios nos diga “cómo te llamas”? Realmente Jesús estaba esperando que el mismo endemoniado manifestara/exteriorizara su problema real, porque aunque muchos quizá pensaban que el hombre solo estaba loco, y otros que quizá tenía un demonio, la verdad es que había algo escondido ¿qué era? Veamos e nuevo el v.30b “…Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.” una legión era un batallón de entre 3000 y 6000 soldados romanos, y como en el cuerpo del endemoniado habían miles de demonios ese fue el nombre que respondió el gadareno a Jesús. Esto era algo oculto hasta ahora y era lo que Jesús buscaba que el endemoniado confesara.

De esta manera, si pensamos en esta pregunta de forma personal, aprendemos que antes de liberarnos, el Señor quiere que nosotros seamos sinceros y confesemos qué es lo que llevamos dentro escondido que le ha dado lugar a Satanás para dominarnos. A veces esto no es tan evidente, o no lo recordamos, por lo que debemos hacer un esfuerzo. Yo mencioné en la parte anterior algunas posibilidades (idolatría, vicios, amor al dinero, amor humano), pero también nuestro problema podría ser la falta de perdón, el orgullo, la hipocresía, lujuria, pereza, egocentrismo, etc. Con estas cosas Satanás domina nuestras vidas y si tenemos estos problemas internos escondidos, hoy Dios nos invita a sacarlas para que él nos sane. Amén

Tercero, Jesús salvó al endemoniado. Leamos los v.31-33 “Y le rogaban que no los mandase ir al abismo. Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso. Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó.” Los demonios dentro del gadareno sabían cuál era su destino, por eso le rogaron a Jesús que no los enviara al abismo, que es el lugar de tormento al que irán Satanás y sus demonios (el infierno), pero ellos viendo que debían obedecer la palabra de Jesús de salir del cuerpo del hombre, entonces rogaron poder entrar en un hato de cerdos que estaban allí en una montaña. Según Marcos 5:13 eran como 2000. Aunque para los judíos era prohibido comer este animal, porque la ley en el Antiguo Testamento lo prohibía, en Gadara los criaban porque ellos no vivían bajo la ley, recordemos que eran gentiles. De esta manera, Jesús les permitió a los demonios entrar en los cerdos, ¿y qué pasó? ► los demonios mataron a los cerdos ahogándolos en el agua.

Para liberar al gadareno, Jesús dejó que fueran sacrificados 2000 cerdos, en un sentido literal para salvarlo hubo una sustitución. Aunque los cerdos eran valiosos, y aunque con ellos se podía alimentar a muchas personas, para el Señor pesó la vida uno solo que estaba sufriendo y los entregó por rescatarlo. Y en cierto sentido la salvación de este endemoniado prefiguró nuestra propia salvación. Pues en nuestro caso, Jesús, Dios Hijo, a través de su sacrificio en la cruz tomó nuestro lugar y murió, aunque él es completamente santo y los pecadores, y los que debíamos pagar éramos nosotros.

Hermano esta palabra es una muestra frontal del amor que Dios te tiene, y de lo que está dispuesto a hacer por vos. Puede ser que estés muy mal, por tus pecados, -como el gadareno- pero Dios te ama y quiere verte bien. Puede que todos te rechacen -como al gadareno- pero Dios no lo hará, al contrario, te está buscando constantemente para tener una relación personal con vos. Quizá pienses que no vales mucho en este mundo, algunos creen que para ser valiosos hay que tener un gran número en la cuenta bancaria, pero acá aprendemos que para el Señor sos más valioso que cualquier cosa y está dispuesto a darlo todo por rescatarte. Aunque tu situación (económica, familiar, académica, laboral) te esté dando dolor, Dios quiere y puede sacarte de esa. Pero recuerda lo que aprendimos en el punto anterior: debes sacar eso que escondes o que tienes muy guardado y confesárselo. Oro que todos los que estamos escuchando esta palabra experimentemos el amor de Jesús como lo hizo este endemoniado.

Cuarto, el hombre cuenta su testimonio. Para introducirnos en este punto debemos hablar de lo que pasó luego de que el endemoniado fuese liberado de la Legión de demonios. Leamos los v.35,37 “Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo. (…) Entonces toda la multitud de la región alrededor de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos, pues tenían gran temor. Y Jesús, entrando en la barca, se volvió.” Los que apacentaban los cerdos vieron todo lo que aconteció, y ellos salieron corriendo a contarlo a las personas del pueblo, quienes a su vez vivieron a ver lo que había sucedido. Sin embargo, aunque la liberación de aquel que vivía como un loco debía darles alegría, la palabra dice que más bien tuvieron miedo y echaron a Jesús de la ciudad ¿pero por qué tuvieron miedo? Probablemente porque no querían cambiar su forma de vida, querían seguir viviendo igual aunque eso representara un sufrimiento para muchos, y también porque les molestó que Jesús sacrificara 2000 cerdos para salvar al endemoniado.

Esta actitud de los gadarenos es la misma que tomamos nosotros cuando rechazamos a Jesús porque nos da miedo el cambio y el compromiso, o cuando preferimos los bienes materiales, como el dinero, antes que obedecerlo. Si esta ha sido tu reacción es necesario que te arrepientas, porque de otro modo Jesús se irá de tu vida, como lo hizo en esta ocasión, ya que él no obliga a nadie a aceptarlo, y si él se va eso representa una gran desgracia.

Ahora veamos los v.38,39 “Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.” naturalmente, el endemoniado quería irse con Jesús, porque Jesús fue el único que lo ayudó cuando estaba en su tragedia, y él no quería soltar al Señor. Pera curiosamente Jesús no dejó que él lo acompañara, sino que le dejó la misión de ir y contar el milagro que Dios había hecho en su propia vida. De esta manera Jesús dejó una forma para que los gadarenos, si cambiaban de opinión, conocieran su palabra. Y esto nos enseña el poder de nuestro testimonio, a veces pensamos que el trabajo de predicar es solo de los pastores, o de los entendidos en la palabra, pero realmente esta es una labor que debemos hacer todos los cristianos y que empieza con nuestro testimonio. Este testimonio puede ser oral, pero también puede ser vivo, como veíamos hace algunas semanas. Con nuestro propio ejemplo podemos alumbrar a otros. Por eso en nuestras Conferencias animamos a los hermanos a compartir sus testimonios de vida y siempre que podemos, también en los servicios dominicales, les comparto mi propia experiencia con Dios. Esta palabra, una vez más es un ánimo a predicar con nuestra propia vida. Muéstrale a todos el poder de Dios manifestado en tu vida. Aunque ciertamente el proceso en ti no ha terminado, por lo cual vas a ver que aún tienes muchos pecados, con lo que el Señor ha hecho hasta ahora es suficiente para que otros lo conozcan.

Hoy hemos aprendido, entonces, a través de la liberación del Gadareno, fundamentalmente cuatro aspectos: (1) lo primero es que Satanás quiere dominarnos para destruir nuestra vida, y para no caer en su trampa debemos resistirlo (2) también, vimos que el Señor quiere que seamos sinceros y confesemos qué es lo que llevamos dentro escondido que le ha dado lugar a Satanás, sea pecado o no, si queremos ser libres debemos reconocer nuestro problema ante Dios (3) también vimos que para salvarnos Jesús hizo una sustitución y en su gracia tomó nuestro lugar, y (4) que debemos compartir nuestro testimonio para que otros lo conozcan. Oro a Dios que estos cuatro aspectos podamos practicarlos todos en nuestra vida y que nuestra historia, así como la del gadareno, glorifique a Dios.