Dios los bendiga amados hermanos ¡bienvenidos al Servicio Dominical! Antes que nada quiero felicitar a los padres en su día. Como en la mayoría de los países, hoy, tercer domingo de junio, agasajamos a nuestros progenitores, seres fundamentales para que nuestra vida fuese posible, y en la mayoría de los casos responsables de nuestra crianza. Yo soy partícipe que un solo día al año no es suficiente para agradecer a nuestros padres todo lo que han hecho y representan para nosotros. Sin embargo si usted ahora está al lado de un padre lo invito a abrazarlo y decirle: ¡Gracias!

El mensaje de hoy se titula “Jesús llama a los apóstoles” y aunque ya en anteriores lecturas vimos el llamamiento específico de Simón Pedro, a través de la pesca milagrosa, y el de Leví Mateo, a quien Jesús le dijo “sígueme”, hoy veremos la conformación del grupo completo de hombres que Jesús escogió como sus seguidores. Pero no solo veremos los nombres de ellos, sino que aprenderemos qué hizo el Señor antes de escogerlos, cómo los llamó, por qué y para qué. La idea de la palabra de hoy es que nosotros por una parte aprendamos de la actitud de Jesús ante una decisión tan importante, pero por otro conozcamos en qué consiste este llamado y ver en qué sentido este se mantiene vigente para nosotros. Oro que aprendamos todo esto y que la palabra nos aliente a vivir más como Dios quiere.

LA ORACIÓN DE JESÚS

Leamos el v.12,13a “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos” después que Jesús enseñó a los fariseos el verdadero sentido del día de reposo, después de haber sanado al hombre que tenía seca una mano, lo cual aprendimos la semana pasada, dice este verso que se fue a una montaña, donde pasó toda la noche orando a Dios y luego, cuando amaneció fue que escogió a sus discípulos. Y esta oración del Señor no es un aspecto menor, sino que constituye una de las enseñanzas más importantes que vamos a ver hoy. Y quisiera concretamente tres aspectos de esta oración de Cristo.

Lo primero, es que Jesús oró antes de tomar una decisión importante en su vida. Para Jesús, la escogencia de sus discípulos era una decisión importante, decisión que no solo afectaría su ministerio y vida personal, sino el plan de salvación completo, más adelante vamos a ver cuál era el rol de estos discípulos, pero ahorita quiero que notemos que Jesús oró y dependió de Dios antes de levantar los 12 apóstoles. Y tengo que reconocer que este no es el mejor pasaje para aprender acerca del contenido de nuestras oraciones, porque no sabemos qué le dijo Jesús al Padre en ese tiempo, les prometo que eso lo vamos a aprender mejor en Lucas 11; pero quiero rescatar de esta parte que Jesús nos enseña cuándo debemos orar. Muchas veces oímos que debemos orar, pero casi nunca hemos hablado de cuándo debemos hacerlo. ¿usted se ha preguntado cuando debemos orar? Veámoslo.

Si usted va a 1 Tesalonicense 5:17, encontrará que la biblia dice: “orad sin cesar” Que quiere decir que Dios nos invita a que oremos siempre, constantemente, y no dejemos de hacerlo. Lo ideal sería que oráramos la mayor cantidad de veces posible, el mayor tiempo posible, por la mayor cantidad de tópicos posibles. Sin embargo, en la práctica es difícil materializar esto, porque tenemos muchas actividades que también son muy importante y debemos dedicarles tiempo, por ejemplo: trabajar, estudiar, recrearnos, descansar, reposar, etc. De manera que, viendo este contexto tenemos que ser muy responsables, distribuir bien el tiempo para orar lo más posible y enfocar nuestra oración a esos aspectos que son más imprescindibles. Principalmente por “las decisiones de moverse” ¿qué es esto? Son aquellas decisiones que van a repercutir más en nuestro futuro, bien sea a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo: la decisión de casarse, de establecer/invertir en un negocio, cambiar de trabajo, elegir la carrera que vamos a estudiar, o las materias que vamos a inscribir, en general deberíamos orar por cualquier cambio ¿Por qué? porque al orar podemos (y debemos) consultar a Dios cuál su voluntad, de manera que no hagamos algo con lo que él no está de acuerdo o que no nos convenga. Orar también es un acto que manifiesta que no dependemos de nuestras capacidades, sino que dependemos del Señor. Y si no tenemos fuerza, valentía, o sencillamente tenemos miedo del porvenir, la oración es la manera de recargarnos en Jesús para lo que eventualmente estamos por hacer. De esta manera que orar es un acto de humildad, de fe y sumisión a Dios. Es como decirle: ”Señor dependo de ti y no quiero hacer nada sin tu aprobación”. 

Lo segundo, es que Jesús preparó un lugar para orar. Fíjense nuevo el v.12, allí dice “él fue al monte a orar”. Las montañas no estaban cerca, había que caminar algunos kilómetros y a la hora que Jesús fue había oscuridad (porque no había corriente eléctrica) y quizá un poco de frío. Sin embargo, Jesús decidió e hizo el esfuerzo en ir a la montaña ¿por qué? porque él quería tener un lugar especial en el cual encontrarse a solas con Dios. Y esta no fue una acción ocasional, Jesús siempre lo hacía, incluso lo hemos visto en el estudio de este evangelio, por ejemplo en Lucas 5: 16 vimos que: “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. Varias veces la biblia nos resalta que para Jesús era importante tener un sitio especial apartado en el cual orar y encontrarse con el Padre. Es muy importante que nosotros preparemos un lugar especial para orar, y la mayoría de los cristianos que no tienen este lugar simplemente no oran o llevan vida de oración estériles. Para esto no es necesario salir de nuestra casa, aunque si usted quiere hacerlo y tiene las posibilidades, está muy bien ¡hágalo! Pero quiero que hoy nos llevemos la idea de que el monte de oración podría estar en el mismo lugar en que estamos ahora. Puede que sea su habitación, o la cocina, un baño, etc. También puede ir a la iglesia, o la terraza de su casa o edificio, o al patio de su casa. Lo importante hermano es que usted prepare un lugar como el sitio de citas de usted con Dios. Muchas veces es más el esfuerzo que hacemos en buscar un buen restaurante para una cita o fiesta, que lo que dedicamos a preparar nuestro monte de oración. ¿Conocen la película ►‘Cuarto de Guerra’? ¡se las recomiendo! allí hay un ejemplo muy bueno de como una señora -hermana en Cristo- preparó un espacio de su casa y lo convirtió en su monte de oración. En ese caso era un cuartito de 1m x 1m más o menos, pero ella allí puso un almohadón para sus rodillas, pegó en las paredes hojas y notitas con los tópicos de oración, etc. A mi por ejemplo me gusta también orar con música, por eso coloco, pero cada uno puede preparar su sitio especial a su gusto. Lo importante es que aunque haya que hacer un esfuerzo, lo hagamos con tal de tener profunda intimidad con Dios. Y en este marco me gustaría que habláramos del tercer punto:

Lo tercero, es el tiempo de oración de Jesús. fíjese de nuevo en el v.12, allí dice que “…y pasó la noche orando”. Aunque nosotros tengamos un buen lugar de oración, si no lo usamos o lo usamos muy poco, no tendría sentido. Como veíamos en el primer punto, es bueno que tengamos largos períodos de oración, porque así como en cualquier relación (amigos, familia, etc.), mientras más tiempo le dedicamos se hace un vínculo más fuerte y profundo. Más adelante vamos a ver que Jesús antes de ser apresado llevó a sus discípulos a un monte a orar, pero los discípulos por la hora se quedaron dormido, y cuando Jesús los vio les dijo: Mateo 26:40 “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?” fíjese que el mínimo que Jesús puso fue una hora, tiempo de oración que muchos cristianos nunca en su vida alcanzan. Realmente no es fácil orar larga y profundamente, yo digo que la oración es como un músculo, que hay que ejercitarlo y cada vez será mejor. Obviamente esto supone un esfuerzo, sacrificio y lucha. Por algo Jesús escogió orar en la madrugada, porque durante el día le era difícil hacerlo porque tenía mucho trabajo y la gente no lo dejaría.

Entonces hermano, al término de esta parte, creo que es importante hacernos tres preguntas: (1) ¿estamos orando antes de tomar una decisión importante o ni siquiera tomas en cuenta a Dios? (2) ¿tienes un lugar de oración? (3) ¿estamos teniendo oraciones largas/profundas o son solo un ratito y a veces? Es necesario que respondamos muy sinceramente en nuestros corazones y que si hay alguna falta hagamos correcciones respectivas para vivir como lo hizo nuestro Señor Jesús. Amén

LOS DOCE APÓSTOLES

Leamos el v.13 “Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:” una vez que Jesús oró toda la noche, en la mañana escogió a sus discípulos. La verdad ya él tenía algunos que había escogido, en Lucas hemos aprendido que Pedro y Mateo eran unos, pero adicionalmente entre los seguidores llamó a varios y los hizo sus discípulos, de manera que completó un total de doce. y aunque no se nos aclara, entendemos que este número no era casual, por una parte el doce es un número muy usado en la biblia (casi 300 veces) y que representa una organización constituida por Dios, como las doce tribus de Israel, pero por otro lado, en el caso de los discípulos era un número organizacionalmente factible. Fíjense que es un número par, que por podría permitir que ellos se dividieran de dos en dos para ir a predicar, pero a la vez hacía posible una pirámide de autoridad, es decir que Jesús podría tomar tres discípulos como sus principales (en efecto lo hizo) y enseñarles principalmente a ellos, pero luego estos tres, si se quisiera podrían enseñar a su vez a tres más y así formar un grupo de 12. Les cuento que por estos motivos muchas organizaciones seculares también adoptan este número como pauta organizacional.

Pero lo que en definitiva es mas importante en el verso que acabamos de leer no es solo el número de discípulos, sino cómo los llamó Jesús, dice: “a los cuales también llamó apóstoles” esta es un adjetivo que hoy en día está muy de moda en la iglesia actual, y que yo pienso que han adoptado por razones pseudopolíticas, muchos lo ven como un título mayor al de pastor, pero ¿por qué Jesús llamó apóstoles a los doce? Etimológicamente “Apóstol” significa “mensajero” o “enviado”, y aunque en los evangelios vamos a notar que a los doce no se les llama mucho así, en el libro de Hechos, entendemos que este título que Jesús les dio estaba ligado con el propósito para lo cuál el los llamo. Jesús levantó apóstoles para que fueran sus portavoces y continuaran anunciando el mensaje del evangelio una vez que él ascendiera al cielo, de modo que no muriera la palabra de Cristo, sino que pasando de generación en generación transformara muchas vidas, inclusive las nuestras.

Entonces vemos que Jesús llamó con un propósito claro a sus discípulos, y aunque quizá al principio ellos no lo entendían, el propósito estaba y el Señor los iba a preparar para que pudieran cumplirlo. El asunto del propósito suele ser un área vacante en la vida de muchos cristianos, muchos no conocen para qué específicamente el Señor los ha llamado, y otros, aunque Dios se los ha manifestado no lo entienden, y yo quiero aprovechas esta palabra para que veamos que Dios no nos ha llamado en vano (o “al cuete” como decimos acá), sino que además del llamado general que tenemos todos los cristianos, como predicar, él tiene alguna labor (propósito) específica para vos y si no la has encontrado aun, o no la entiendes, ora a Dios para que abra tus ojos y la encuentres. No todos hemos sido llamados a lo mismo, pero todos tenemos un propósito y cada propósito es importante. Algunos llamados podrían ser: la oración, la música, la administración, el pastorado, la vida de misión, alguna labor social, etc. Te animo hermano a que ores a Dios y le preguntes cuál es tu propósito específicamente, pero que también pruebes hacer varias cosas y consideres tus preferencias y veas para qué sos bueno (los dones), eso podría ser un indicio de tu propósito, aunque debo aclarar que no siempre el propósito está en algo que nos gusta o que queremos, como el caso de Jonás quien no quería ir a Nínive, pero esa era la labor específica que Dios le dio.

Ahora veamos los vv. 14-16 “a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.” Le presento la lista de doce escogidos para ser discípulos de Jesús: (1) Simón Pedro: un pescador impulsivo y con pocos estudios. (2) Andrés: Hermano de Pedro, también pescador, antes de seguir a Jesús fue discípulo de Juan. (3 y 4) Jacobo y Juan: también eran pescadores, pero eran pudientes, tenían siervos inclusive. Ambos tenían ambiciones políticas. Jacobo era muy intolerante, Juan era romántico. (5) Felipe era de Betsaida, la misma ciudad que Pedro y Andrés y parece que era muy bueno sacando cuentas (matemáticas). (6) Bartolomé (probablemente Natanael) era un israelita acérrimo, despreciaba a los de Nazaret. (7) Leví Mateo: era un cobrador de impuestos y rico. (8) Tomás (también llamado Dídimo) era muy desconfiado. (9) Jacobo (Santiago) probablemente era medio hermano de Jesús. (10) Simón el Zelote, era un activista político y nacionalista. Los zelotes normalmente armonizaban con los fariseos. (11) Judas (hermano de Jacobo) también posible medio hermano -o pariente- de Jesús y (12) Judas Iscariote: era administrador pero ambicioso y por eso llegó a entregar a Jesús. Me tomé el trabajo de hablarles un poco de cada uno para que viéramos cuánta diferencia había entre todos ellos. Los doce apóstoles es una muy buena muestra de diversidad, aunque ciertamente hay dos aspectos que si tenían ellos en común: todos eran hombres y de Israel. A pesar de que Jesús en muchas ocasiones defiende a la mujer, y aunque ellas también tuvieron (y tienen) un rol protagónico en el ministerio de Cristo, parece que escogió solo varones para evitar algunos problemas, malos entendidos y limitantes propias de grupos compuestos por ambos géneros. También respetando algunos aspectos culturales de la región y la época.

De esta forma, al ver el grupo de discípulos, se hace evidente, que Jesús es diferente que cualquier reclutador de este mundo y que para ser su discípulo no se cumplen las reglas que vemos en los trabajos. En las empresas, mayormente son los empleados los que buscan el trabajo, y entregan su currículum (u hoja de vida) y y después es que los llaman para evaluarlos profundamente. Los procesos de selección suelen ser largos, compuestos de una o varias entrevistas, exámenes psicológicos y médicos, y muchas preguntas (¿por qué quieres trabajar acá? ¿cuáles son tus sueños?). En las empresas casi siempre buscan experiencia, capacidades y muchas veces juventud. Estos son los estándares el mundo, pero en Jesús todo fue diferente, Jesús no hizo largas entrevistas, a varios los llamó con una sola palabra; tampoco hizo exámenes, sino que aceptó a todos con sus respectivos problemas (psicológicos, emocionales, médicos y familiares) y a varios los llamó aunque no eran capaces ni siquiera de hablar en público, porque Jesús no busca gente capaz, sino que busca gente dispuesta y gente fiel. Jesús capacita a los que están dispuestos y son fieles. A veces pensamos que no podemos ser útiles a Cristo porque tenemos problemas, o porque no tenemos un buen estatus, o porque no tenemos algunas habilidades. Pero nos damos cuenta, que esto no es un obstáculo para Cristo, si tu estás dispuesto y aceptas su llamamiento él te recibe como su discípulo y te capacita para que cumplas con tu propósito.

Cuando algunas personas ven esta lista de apóstoles se asombran de que Jesús levantó aún a alguien que iba a traicionarlo (hablo de Judas), aunque a la verdad casi todos estos discípulos traicionaron a Cristo cuando lo iban a crucificar. Y esto es muestra de que aunque Jesús nos haya llamado a seguirle, y aunque nos pide que nos arrepintamos y nos da la oportunidad de arrepentimiento, él respeta nuestra decisión, aunque muchas veces le duele el camino que escogemos, él lo respeta, desde el Génesis podemos ver este principio/cualidad de Dios. Y por esto es que nosotros, los que ya somos discípulos tenemos que estar atentos y arrepentirnos constantemente, porque estar siguiéndole no es garantía de que no nos vayamos a equivocar.

Así hermanos hoy aprendemos muchas cosas útiles del llamamiento de los apóstoles, en la primera parte aprendimos de la oración de Jesús y quiero animarlos una vez más a orar siempre, pero sobre todo antes de una decisión importante, recuerde que debemos preparar nuestro lugar de oración y que debemos luchar por tener oraciones profundas. También aprendemos que Jesús no llama a gente capaz, sino que capacita a la gente que está dispuesta, por lo cual, sin importar nuestra condición, material, emocional, de pecado o de carácter debemos aceptar el llamado de Jesús y ser fieles. Yo oro que tampoco seamos confiados, porque aprendemos que seguir a Jesús no garantiza que vamos a ser perfectos. Tenemos que cuidarnos, arrepentirnos constantemente para no traicionar a Dios. Amén