Éxodo 25:23-40
25:23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.25:24 Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.
25:25 Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.
25:26 Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.
25:27 Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa.
25:28 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa.
25:29 Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás.
25:30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.
25:31 Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo.
25:32 Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado.
25:33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero;
25:34 y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores.
25:35 Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero.
25:36 Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro.
25:37 Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante.
25:38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
25:39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.
25:40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
EL TABERNÁCULO (III): DELANTE DE MÍ CONTINUAMENTE
Buenos días. Las últimas dos semanas hemos estado aprendiendo acerca del Tabernáculo. Jehová le ordena a Moisés construir un santuario porque Él quiere habitar en medio de Su pueblo. Él reinaría sobre ellos y se comunicaría con Moisés de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines. El Tabernáculo era un recordatorio constante de que Dios habitaba en medio del pueblo de Israel. Pero la voluntad de Dios no era solamente habitar en medio de ellos. Él quería que el pueblo estuviese delante de Él continuamente. Y eso es lo que aprenderemos hoy a través de uno de los muebles que estaban en el Lugar Santo: la mesa de los panes de la proposición. También aprenderemos que Jesús y la Palabra de Dios son las lámparas que iluminan nuestra senda para andar en el camino de Dios. Oro para que nosotros podamos andar siempre en la luz de Dios y vivir continuamente en su presencia a través de la lectura de la Biblia y la oración. Amén.
La semana pasada aprendimos la estructura del Tabernáculo. El Tabernáculo como tal era la tienda interior que se dividía en dos partes por una cortina o velo. La parte interna era el Lugar Santísimo, donde se encontraba el Arca del Testimonio. La parte externa era el Lugar Santo donde estaban el altar del incienso, la mesa de los panes de la proposición y el candelero de oro. Hoy aprenderemos acerca de estos dos últimos muebles que se encontraban en el Lugar Santo desde donde ministraban los sacerdotes todos los días. Estos dos son parte de los muebles de la presencia que Jehová ordena construir aquí en el capítulo 25. El altar del incienso lo aprenderemos mucho más adelante. La mesa de los panes de la proposición y el candelero de oro son muebles de la presencia porque representan la presencia de Dios en el Lugar Santo y la presencia del pueblo delante de Él como aprenderemos a continuación.
I.- La mesa de los panes de la proposición (23-30)
Miren los vv.23-24a. El segundo mueble que Jehová le ordenó construir a Moisés fue una mesa de madera de acacia recubierta de oro conocida como la mesa de los panes de la proposición. Debía ser hecha de madera de acacia y recubierta de oro, al igual que el Arca del Testimonio. Y según aprendimos la semana pasada, la madera de acacia representa la naturaleza humana de Jesús y el oro representa la divinidad, por lo que la mesa representa a Jesucristo en sus naturalezas humana y divina. Así que la mesa como tal, por los materiales en que sería hecha, ya nos habla de Jesucristo. Aunque aprenderemos más de su simbolismo cristológico más adelante al ver su función.
Por sus medidas podemos ver que no era una mesa de centro o de adorno. En el v.23 nos dice que “su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.” Esto quiere decir que sería de unos 90 cm de longitud, unos 45 cm de ancho y unos 70 cm de alto. Aunque no era una mesa tan larga ni ancha, era mucho más alta que las que los judíos usaban para comer. ¿Recuerdan que los judíos comían sentados en el suelo? Bueno, en esta mesa no pudiesen hacerlo, así que no era una mesa de comedor judía, aunque sí se asemeja a las mesas de comedor modernas en su altura. Por consiguiente, la mesa no era de adorno, sino más bien una mesa para comer como veremos en sus utensilios más adelante.
Miren los vv.24b-25. La mesa, al igual que el Arca del Testimonio, tenía una cornisa de oro sobre ella, esto es un reborde que sobresalía en su altura. Pero además podemos ver que tenía un adorno de moldura que no había en el Arca. Alrededor del borde de la mesa se debía hacer una moldura ornamental, es decir un relieve con figuras, de “un palmo menor de anchura”, esto es, de unos 7.5 cm de ancho. Aquí no se nos describe cómo sería el relieve, qué tipo de figuras tendría, pero de acuerdo a lo que Jehová le dice a Moisés en los vv. 9, 40, Él debió haberle mostrado un modelo, de forma tal que Moisés sabría cómo hacerlo, aunque nosotros no podamos reproducirlo. El v. 25 dice que la moldura tendría una cornisa. Puede ser que la moldura finalice en la parte superior con la cornisa que menciona el v.24b o podría ser una segunda cornisa. La cornisa de la mesa no tendría funciones simplemente decorativas, sino que era hecha para evitar que cayese al suelo lo que se pondría sobre la mesa. Así que fuese una o dos, podemos ver la voluntad de Dios de que lo que estaba sobre la mesa no cayese.
Miren los vv. 26-28. De igual manera que al Arca del Testimonio, a la mesa debían colocársele cuatro anillos de oro para insertar dos varas de madera de acacia recubiertas de oro para su transporte. Era una mesa santa y no podía ser tocada por el pueblo. Los coatitas debían transportarla por las varas cuando se moviera el campamento, tal y como aprendimos la semana pasada. A diferencia del Arca, aquí sí se nos describen exactamente dónde irían los anillos, debajo de las molduras, al lado de las patas de la mesa.
Miren ahora los vv.29-30 por favor. Sobre la mesa se colocaban utensilios para comer y los panes de la proposición. El propósito fundamental de la mesa era sostener sobre sí estos panes. Los panes de la proposición son descritos en Lv. 24:5-9: “Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Cada día de reposo lo pondrá continuamente en orden delante de Jehová, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo.”
En hebreo el nombre de estos panes es lejem panim que significa literalmente “panes del rostro” o “panes de la presencia” porque estaban continuamente delante del rostro o de la presencia de Dios allí sobre la mesa en el Lugar Santo. Consistían de doce tortas de pan que debían prepararse de dos décimas de efa de flor de harina cada uno, esto es de unos 8kg. Según el historiador judío Flavio Josefo, eran panes ácimos o sin levadura (Antigüedades Judías, libro III, cap. VI, sec. 6). Cada sábado se renovaban y los panes retirados eran comidos por los sacerdotes, allí mismo en el Lugar Santo. Los panes se colocaban en dos montones de seis sobre la mesa, y sobre cada torre se colocaba incienso aromático. Según la tradición judía, el incienso se ponía en vasijas de oro, no directamente sobre las tortas. Se dice que cuando el sábado se retiraba el pan de la proposición, el incienso aromático se quemaba sobre el altar.
Los doce panes representaban a las doce tribus que conformaban el pueblo de Israel, esto quiere decir que el pueblo estaba siempre delante del rostro o de la presencia de Dios. Aquí podemos ver la voluntad de Dios de que su pueblo esté continuamente delante de Él con el olor grato del incienso aromático. El incienso en el Tabernáculo representa las oraciones del pueblo, así que Dios quiere que su pueblo esté siempre delante de Él en oración. La oración es la forma en la que nosotros podemos entrar delante de la presencia de Dios y tener comunión con Él. Nosotros le hablamos a Él a través de la oración y Él nos habla a nosotros a través de la Biblia. Así que Dios quiere que nosotros estemos constantemente en oración y leyendo su Palabra para que estemos en comunión con Él.
Una de las herramientas de UBF para mantenernos en comunión diaria con Dios es el Pan Diario. Para comer el Pan Diario nosotros debemos levantarnos temprano cada mañana y disponer nuestro corazón para leer la Palabra de Dios. Lo primero que debemos hacer es orar para pedirle a Dios que nos hable a través de Su Palabra, y una vez que hemos leído y meditado la Palabra del día deberíamos tener un tiempo de oración profunda delante de Dios presentando delante de Él todos nuestros tópicos. La oración matutina ha sido una gran disciplina espiritual para los siervos de Dios. El gran rey David escribió: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré” (Sal. 63:1). Martín Lutero también dijo: “Tengo tantas cosas que hacer hoy que voy a necesitar pasar tres horas en oración para poder lograrlo”. Los grandes siervos de Dios son famosos por despertarse de madrugada y tener un tiempo de oración profunda con Dios. Se dice que durante cuarenta años nunca salió el sol sobre China sin que Dios hallase a Hudson Taylor sobre sus rodillas.
Pero no solamente debemos orar dos o tres horas en las mañanas, sino que también debemos mantener una actitud de oración durante todo el día para mantener nuestra comunión con Dios. El apóstol Pablo exhorta a los hermanos en Tesalónica: “Orad sin cesar.” (1Ts. 5:17). Esto no quiere decir que vamos a pasar todo el día arrodillados, sino que debemos mantener nuestro corazón todo el día delante de Dios en una actitud de oración. Yo entiendo esto porque me pasó. Hace casi catorce años estaba orando para saber si era la voluntad de Dios casarme con María. Yo no tenía mucha convicción porque todavía estaba estudiando y me faltaba para graduarme. Yo quería graduarme y tener un trabajo estable antes de casarme. Pero sentía que era la voluntad de Dios que me casase con ella. Así que por dondequiera que andaba, estaba siempre orando en mi corazón para encontrar la voluntad de Dios. Y finalmente obtuve la convicción de Dios y nos casamos para su honra y gloria.
Pero, tristemente hoy tengo que confesar que no soy un ejemplo para nada en cuanto a la oración. Por mi corazón orgulloso dependo mucho de mí mismo para hacer las cosas y por eso no oro todo lo que debería delante de Dios. Aunque estoy enteramente confiado delante de Dios cada día, necesito arrepentirme de mi orgullo y de mi falta de oración. Necesito apartar más tiempo para tener intimidad con Dios. Siempre está la excusa de que estoy muy ocupado o tengo muchas cosas que hacer, pero siempre hay tiempo para las cosas que anhelamos hacer. Cuando una persona realmente quiere ejercitarse, es capaz de levantarse a las 5:00 am, o antes, para ir a hacer ejercicio. O es capaz de ir a correr en la Cinta Costera a las doce o una de la mañana. Yo podría hacer lo mismo con la oración. Así que me arrepiento y tomo la decisión de apartar más tiempo tanto en las mañanas como en las noches para estar en comunión con Dios.
Si se fijan, la mesa era la que presentaba estos panes delante de Dios cada día. De la misma manera Jesús es el que nos mantiene delante de la presencia de Dios.
Gracias a su sacrificio expiatorio en la cruz nosotros podemos entrar delante de Dios. Y gracias a su intercesión diaria por nosotros, nuestros constantes pecados son perdonados y podemos permanecer delante de la presencia. Así que la mesa representa a Jesucristo no solo en sus materiales, sino también en su función.
Por otro lado, los doce panes sobre la mesa continuamente, también representaban la provisión de Dios para su pueblo. Dios era quien les proveía cada día del pan. Mientras estuvieron en el desierto Dios literalmente les daba pan del cielo, el maná. Y una vez que entraron en la Tierra Prometida, les proveía las lluvias para sus cultivos y la salud para trabajar. Dios es nuestro proveedor cada día. Él no nos dejará nunca desamparados. “No he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.” (Sal. 37:25).
También, los panes de la presencia representan a Jesús. “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Jn. 6:35) Dios nos ha provisto de Jesús como el pan de vida. Como nuestro sustento perpetuo para la vida eterna. Si venimos a Él seremos completamente saciados espiritualmente y no tendremos hambre ni sed jamás. Así que los invito a aceptar a Jesús como su Salvador y que puedan experimentar siempre la satisfacción espiritual por medio de Él. Amén.
II.- El candelero de oro (31-40)
Miren los vv. 31-32. El tercer mueble que Jehová ordenó construir fue un candelero de oro. Este era un candelero o lámpara de siete brazos, o de seis brazos y una caña central. Estaba hecho de oro puro, por lo tanto representa la Divinidad, es decir, representa a Dios mismo. Según la tradición de los judíos, el candelero de oro representaba la presencia de Jehová en el Lugar Santo. La palabra hebrea para designarle es menorah y todavía estas menorahs son usadas hoy en día en las casas de los judíos, pues para ellos simbolizan el día de reposo también y cada viernes en la tarde, que empieza el shabbat, las encienden en sus casas.
Es muy difícil saber exactamente cómo era este candelero, excepto por la forma que se describe y la idea que se da de sus adornos, no podemos saber a ciencia cierta cómo era, pues no se dan las medidas. Simplemente se dice en el v. 39 que “de un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.” Así que este candelero debía labrarse a martillo a partir de un talento de oro fino. El talento era una unidad de medida que equivalía a unos 34kg. Uno puede pensar que 34 kg es bastante, pero no sabemos cuán denso era este oro y que tanto lo alargarían para hacer el candelero, así que no hay manera de saber exactamente cuánto mediría siquiera. Para que tengan una idea un
lingote de oro de los que se usan hoy en día pesa unos 12kg, por lo tanto podríamos estar hablando de unos tres lingotes de oro acá. He visto representaciones del candelero de la altura del sacerdote y otros más pequeños, pero no podría decir con certeza cuál es correcta.
Miren los vv. 33-36. Este es sin duda alguna el mueble más adornado del Tabernáculo, aunque la descripción en esta traducción puede ser muy confusa en español. La BLPH traduce estos versículos así: “Cada brazo tendrá tres cubiletes en forma de flor de almendro con cáliz y corola. Así han de ser cada uno de los seis brazos que salen del candelabro; y el fuste del candelabro tendrá también cuatro cubiletes en forma de flor de almendro, cada uno con su cáliz y su corola. Debajo de cada pareja de brazos que salen del candelabro habrá un cáliz. Así quedarán cada uno de los tres pares de brazos que salen del candelabro. Sus cálices y sus brazos formarán una sola pieza, toda ella cincelada en oro puro.” Como podemos ver aquí no había manzanas realmente en el candelabro. Lo que en la versión Reina-Valera se traduce como manzana era en realidad el cáliz, una parte de la flor. Así que el candelero de oro era como un árbol de almendros florecido.
Todo el candelero, con sus brazos y sus adornos, todo debía ser sacado del talento de oro a martillo. No había nada de fundición. No se podían hacer los adornos aparte y pegarlos en el candelero. Todo tenía que ser labrado a martillo como cuando un
escultor saca su estatua a punta de cincel y martillo a partir de un bloque de piedra. Sin duda, esta sería una obra majestuosa de orfebrería para el Tabernáculo. Pero Jehová llenaría de Su Espíritu y de sabiduría e inteligencia a Bezaleel para hacer esta obra como podemos leer en Ex. 31:2-5: “Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor.” Aunque la obra de Dios es formidable y puede parecer imposible para nosotros, Dios nos llama, nos llena de Su Espíritu, de sabiduría e inteligencia y usa nuestros talentos para su servicio.
Miren el v.37. Sobre el candelero se colocarían siete lamparillas, una en cada brazo. La función del candelero de oro era iluminar el Tabernáculo. El Tabernáculo estaba todo cubierto de telas y pieles y no tenía ninguna ventana en él, así que no había manera alguna de que entrara la luz. La única fuente de luz que había dentro era este candelero de oro. Cada una de sus lamparillas fue hecha para alumbrar hacia adelante. Estas eran lamparillas de aceite que alumbraban con fuego. La lamparilla estaba hecha de forma tal que la luz del fuego se proyectara hacia adelante, entiendo yo que debía estar cubierta por la parte posterior. Esto era porque detrás del candelero no había nada sino cortinas, así que lo que se necesitaba ver estaba adelante. Esta forma de las lamparillas también evitaría que el fuego alcanzase las cortinas e incendiase todo el lugar.
El candelero de oro era la luz que alumbraba a los sacerdotes para su servicio en el Lugar Santo y alumbraba el camino hacia el Lugar Santísimo también. Sal. 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” La Palabra de Dios es la lámpara que alumbra nuestro camino. Sin la Palabra de Dios andamos en oscuridad. Así que este candelero de oro representaba la Palabra de Dios alumbrando a los sacerdotes. Por eso estaba tan bellamente adornado el candelero. La Palabra de Dios está adornada con hermosura y es un deleite para nosotros poder admirarla y meditarla cada día. En ella encontramos la belleza y la majestuosidad de Dios. Y sus palabras y poemas son un deleite para los estudiosos con sus ritmos y cadencias, y con sus ricos significados. Es por esta razón que el candelero está tan ricamente adornado porque representa a la Palabra de Dios.
El candelero de oro con su luz también representa a Jesucristo. El evangelista Juan al hablar de la encarnación de Jesús nos dice en Jn. 1:9: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.” Jesús en su ser pre-encarnado era la luz verdadera que alumbra a todo hombre, pues Él es el Verbo, la Palabra Viva de Dios. También Jesús dijo acerca de Sí mismo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Jn. 8:12). Jesús es la luz de vida. Si nosotros le seguimos, aceptándole como nuestro Señor y obedeciendo Su Palabra, tendremos en nosotros la luz de vida.
En conclusión, En el Lugar Santo del Tabernáculo podemos encontrar la mesa de los panes de la presencia como símbolo de la voluntad de Dios de que su pueblo esté delante de Él continuamente. Y el candelero de oro como símbolo de que Él alumbrará nuestro camino para que estemos delante de Él continuamente. Mantengámonos continuamente en la presencia de Dios por medio de la oración y de la Palabra de Dios. Amén.
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P. Verónica Ramírez (SV)
( 18 de diciembre de 2020 )
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