BUEN SIERVO Y FIEL

San Mateo 25:14-30

V, Clave 25:21 “Su señor le dijo: ‘Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.’”

Jesús enseñó de la necesidad de una vida encendida con aceite para su retorno (1-13). Y Jesús continúa diciendo cómo debemos ocupar esta vida que Dios nos confió. En la parábola de hoy Jesús manifiesta cómo arreglar cuentas con sus siervos en el día de su venida. Es muy necesario saberse de las medidas con las cuales el Cristo arreglará cuentas con nosotros. Oro que Dios nos ayude a aprender de esas medidas de arreglo y cómo podemos llevar una vida elogiada por el Cristo mediante la palabra de hoy.  

Primero, talentos según su capacidad (14-18). Jesús sigue diciendo lo que va a ocurrir con los hombres en el reino de los cielos. El verso 14 dice, un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad. Un talento es una antigua unidad monetaria romana. Su valor en plata era de aproximadamente 6,000 denarios, lo que equivalía al salario de 20 años de trabajo para un jornalero. En peso chileno 120 millones de pesos aprox. Podemos imaginar que solo un talento es de gran cantidad de dinero para negociar. Muchos emprendedores chilenos de microempresa inician sus negocios desde con 5- 10 millones. El dueño generosamente repartió sus bienes a sus trabajadores. Su distribución no era por igualdad, sino según su capacidad. El dueño conocía bien de cada uno y de sus capacidades.  

El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos. Todos ellos obtuvieron 100% de ganancias. ¡Qué buen trabajo y gran esfuerzo! Los primeros dos siervos entendieron el encargo de su señor y asumieron responsabilidad como siervo y fueron fieles en talentos recibidos. Finalmente ellos dieron ganancia esperada al dueño y lo agradaron. Pero ¿Qué hizo el que recibió un talento? El que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero allí. Él no fue a negociar con lo recibido. Él no conoció bien de su señor y su deseo. Él no tenía un agradecimiento de la confianza de su señor. No hizo desafío, tampoco fracasó. Pareció que él no perdió nada.     

Dios nos dio esta vida y capacidad. Nuestra capacidad a veces se entiende como ‘talento’. Capacidad es diversa, capacidad física, capacidad emocional, capacidad intelectual y espiritual, etc. Al cual más o al cual menos. Veo que algunos tienen 5 talentos, otros 3 o 2. Gracias a Dios tengo un talento, mi vida presente. Nuestra vida misma es un capital suficiente para negociar para nuestro Dios. A lo largo de vida, no hay nadie que no pueda dar ganancia para la gloria de Dios. 

La mayor ganancia para nuestro Señor es que se salven las almas perdidas y llevar la imagen del Cristo en nosotros. Mediante el Cristo Jesús, Dios nos dio la salvación. La salvación, la nueva vida es un capital de suma tan grande. Los que agradecen a esta salvación y conocen su voluntad hacia su vida trabajan para agradarle con su vida. Esta vida nueva es dada no para el mundo, sino para el Señor quien nos repartió. Oro que agradecido al Señor, vamos a trabajar en lo confiado por él.      

Segundo, arreglar cuentas con el Señor (19-30). Observemos el verso 19. Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. ‘mucho tiempo’ es el suficiente tiempo de trabajar bien. Emprender, fracasar a veces y trabajar. Los que trabajaron llegaron a la meta según su capacidad. Finalmente a su tiempo el señor vino a buscar lo suyo con sus siervos.  

Con esto, Jesús da a saber que él regresará con seguridad y arreglará cuentas con sus siervos. Es importante saber que habrá un tiempo determinado de ‘arreglo de cuentas con él’. Todos los hombres tendrían que dar su cuenta ante el Señor de cómo hayan ocupado la vida recibida por Dios.  

Sobre todo, todos los creyentes tendrán que dar un reporte solemne ante el Cristo; ‘¿Cómo vivieron la salvación dada por él?’ ‘¿Qué cosa hicieron con la paz y gracia recibidas por él?’ ‘¿Cómo y cuánto dimos nuestro tiempo, dinero, capacidad para él?’. Tendremos que darle nuestro reporte tan personal y solemne. Aquel momento se tomarán en cuenta solo las cosas hechas por él y su reino. 

Leamos el verso 21. “Su señor le dijo: ‘Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.’” Otro siervo de dos talentos recibió también mismo elogio de su señor. Tal como aquí vemos, su señor se agradó mucho con los siervos que trabajaron con diligencia. El señor no habló nada de la cantidad de ganancia como ‘bien, buena ganancia’, sino dijo ‘bien, buen siervo y fiel’. Él los elogió según su fidelidad a lo confiado. La fidelidad era la medida de su elogio a sus dos siervos. 

Además su señor dijo. “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.’” El dueño le dijo “sobre poco has sido fiel”. económicamente cinco talentos eran una suma grande en su valor. Pero su señor lo vio como ‘poco’. Esto implica que su recompensa es sumamente grande en comparación de ese capital encomendado. El propósito de su señor de darles los bienes a los siervos era no para explotarlos, sino para bendecirles y hacerles entrar en su gozo grande. 

A diferencia de estos primeros dos siervos, el siervo de un talento no tuvo perdida, pero tampoco ganancia. Él vino a su señor y le dijo “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; / por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.” Este siervo se lo devolvió tal como había recibido.   

¿Cuál es la respuesta? “Respondiendo su señor, le dijo: “Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. / Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. (26-27)” El señor le dijo “siervo malo y negligente”. Él fue regañado no por falta de ganancia, sino por negligencia. Este siervo entendió de su señor como un hombre duro que siega donde no siembra y recoja donde no esparce. Él lo consideró como un explotador de sus siervos. Él no entendió la voluntad de su señor, ni leyó el propósito de darle esa cantidad importante de dinero. Además, este siervo de un talento no tenía un corazón agradecido por la confianza tan grande de su señor. Si lo hubiera tenido, le habría hecho recibir los intereses del banco al menos. El dueño lo juzgó con dureza por su ignorancia a su dueño y su voluntad y por su mal agradecimiento. Entonces, el señor le dijo. Leamos el verso 28 y 29. “Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, / porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.” Un corazón mal agradecido y negligente pierde la bendición recibida definitivamente, mientras los agradecidos y fieles van recibiendo más. 

De aquí aprendemos de las medidas del Señor con sus siervos.  

Uno, conocimiento personal. Para los siervos lo más importante es conocer de su señor, su deseo y voluntad hacia ellos. Sin ese conocimiento jamás uno puede ser un buen siervo. Dios es todo poderoso y él puede hacer existir las cosas de nada. Pero esto no implica que Dios hace las cosas sin trabajo. Dios no es quien siega donde no siembra y recoge donde no esparce. Jesús dijo “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” (Jn 5:17b). Segar donde siembra es la ley de naturaleza que Dios mismo estableció. Por este motivo, trabajamos mucho para adquirir la ganancia en esta tierra. Dios trabajó para la creación del universo y venía trabajando diligentemente para la salvación de toda la humanidad. El Cristo, viniendo en esta tierra, trabajó arduamente como un siervo. Para salvarnos él derramó su sangre, con un trabajo de soportar tanto dolor en la cruz. Por este trabajo, logró ganar lo esperado por Dios el Padre. el Cristo siega donde siembra su vida. 

Dios trabaja a través del sacrificio de sus siervos. Los que conocen de Dios y su deseo, van y trabajan conforme a su voluntad. Siembra las semillas de su tiempo y esfuerzo en las cosas del Señor. Cada semilla de su tiempo y esfuerzo para el Cristo cuenta en arreglo. Cada oración, cada servicio, cada predica para su Reino cuentan en su libro de vida. Si no sembramos, nada segamos. Si no vamos y trabajamos, nuestra iglesia no avanza. ¿Cuánto preguntamos al Señor ‘quien es él’ y ‘de su deseo’? ¿Cuánto oramos seriamente para ir a trabajar a lo confiado? A medida que le conocemos más, seremos buen siervo del Cristo. Oro que meditemos al Cristo cada momento para conocerle y de su voluntad y deseo para que seamos un buen siervo elogiado por él.  

Dos, la fidelidad a lo confiado. El señor juzgó a sus siervos no según la cantidad, sino por su fidelidad. ‘Bien, buen siervo y fiel’. Para él la fidelidad es la medida de su juzgar. Dios nos dio esta vida y capacidad como un talento al mínimo. Tal vez pensamos que no tenemos muchos talentos. Sin embargo, si, todos podemos ser fieles a lo confiado. Y una vida no es poca cosa. Si usamos esta vida para él y su Reino, podemos darle una buena ganancia a sus ojos y ser elogiados por el Cristo. Si tal vez dejamos solo fracasos a pesar de mucho trabajo, ¿Qué nos dirá el Señor? 

Cuando un ladrón crucificado a lado de Jesús se arrepintió de su pecado y le dijo ‘Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino’, él apenas dejó al Cristo un arrepentimiento durante toda su vida. Pero ¿qué le dijo el Cristo? ‘De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.’ (Lc 23:43). Cuando Esteban fue apedreado por los perseguidores (Hch 7), su vida tan corta pareció poca ganancia. Pero el apóstol Pablo quien lo apedreó se convirtió después y predicó el evangelio a toda Europa era la ganancia de la vida de Esteban. 

Puede parecer que una vida sin muchos éxitos es poca ganancia. Pero En la vida fiel no hay perdida, ni Bancarrota. Todos los siervos que trabajan a lo confiado sean que sientan que ganen muy poco o mucho, serán elogiados por nuestro Señor “Bien, buen siervo y fiel”. Oro que seamos fieles a lo confiado hasta el fin de nuestra vida para ser elogiados por el Cristo. 

Tres, el propósito de arreglo. Lo que trabajamos en esta tierra es poco, porque nuestra vida es muy corta en comparación de la eternidad. Si seamos fieles en esta vida, el Cristo nos recompensará, diciéndonos finalmente. “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.” Dios nos dio esta vida como una prueba pequeña para bendecirnos en grande. Si llevamos una vida fiel para él, él nos confiará sobre mucho y nos hará entrar en su gozo abundante y eterno. Gloria a Dios.  

En conclusión, Dios nos dio esta vida como un talento. Dios quiere que vayamos y trabajemos con ello para él. ¿Somos fieles o lo escondemos en un hoyo sin querer conocerle y su voluntad hacia nuestra vida? Si somos fieles sobre poco, esta vida, heredaremos mucho y entraremos su gozo eterno y celestial. ¡Qué bendición gloriosa será esto! Oro que Dios nos haga buen siervo y fiel en lo confiado. Amén.