Gálatas 1:11-24
1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;1:12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
1:13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;
1:14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.
1:15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
1:16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,
1:17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.
1:18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;
1:19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.
1:20 En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.
1:21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia,
1:22 y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo;
1:23 solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.
1:24 Y glorificaban a Dios en mí.
POR REVELACIÓN DE JESUCRISTO
Buenos días. La semana pasada aprendimos que no hay otro evangelio. El único evangelio verdadero es el evangelio de gracia de Jesucristo. Y ese es el evangelio que Pablo predicaba. Sin embargo, él tuvo que escribir esta carta, y defender el evangelio de gracia, porque unos judaizantes estaban predicando un evangelio pervertido, en el cual había que circuncidarse y guardar la ley de Moisés para ser salvos. Estos judaizantes acusaban a Pablo de predicar un evangelio diluido para que fuese más fácil de aceptar por los gentiles, y alegaban que ellos traían el verdadero evangelio que habían recibido de los doce apóstoles que estaban en Jerusalén. Así que, ahora Pablo va a testificar a los gálatas cuál era la fuente de su evangelio. De dónde Pablo había recibido el evangelio que estaba predicando. Y para sustentar esto, nos cuenta parte de su testimonio de vida.
Entonces, hoy aprenderemos el testimonio del apóstol Pablo y la fuente de su evangelio. Y oro para que cada uno de nosotros pueda meditar en su testimonio y cómo recibió la revelación de Jesucristo. Y si todavía Jesucristo no ha sido revelado en nosotros, que lo pueda ser hoy, y que nuestras vidas puedan ser transformadas, y cuando la gente vea y oiga lo que hacemos y decimos, puedan glorificar a Dios en nosotros. Amén.
I.- La fuente del evangelio de Pablo (11-12)
Leamos juntos los vv. 11-12 por favor. Pablo les declara a sus hermanos gálatas que el evangelio que les ha predicado no era un mensaje humano o elaborado por el hombre. Él no lo recibió de ningún hombre, ni le había sido enseñado por hombre alguno, sino que lo recibió mediante una revelación de Jesucristo. El evangelio de Pablo no fue el intento del hombre para alcanzar y comprender a Dios, sino que nos revela el esfuerzo de Dios para inclinarse y comunicarse con el hombre. Los hombres pueden tener muchas cosas valiosas para enseñarnos, pero la revelación de Dios nos da todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad (2Pe. 1:3). Ahora más que nunca, el mundo no necesita el buen consejo y la sabiduría del hombre, sino la revelación de Dios. Solamente que la revelación que Pablo recibió es diferente en naturaleza y vehículo a la que nosotros recibimos. Él recibió el evangelio directamente de Jesucristo resucitado; nosotros recibimos la revelación de Dios en Su Palabra. Pero el mensaje del evangelio sigue siendo el mismo. Y su resultado también debería serlo: Vidas transformadas y la salvación de nuestras almas.
Pero, ¿el evangelio de Pablo vino realmente de Dios? O, ¿es un buen logro de la búsqueda espiritual y moral del hombre? Si el evangelio de Pablo, el mensaje de la Biblia, realmente vino de Dios, entonces es el hecho más importante del mundo. Si es sólo una invención o logro humano, entonces es la mentira más peligrosa del mundo. Pero, no hay por qué preocuparse. Pablo va a demostrar que su evangelio vino por revelación de Jesucristo y lo hará a través de su vida transformada.
Hay muchos por ahí que dicen que tienen una revelación de Dios, como lo está diciendo Pablo aquí. Pero tenemos que tener cuidado. ¿Cómo podemos saber si un mensaje viene realmente de Dios? Porque concuerda con lo que enseña la Biblia. Y entonces alguno podría preguntar: ¿Cómo podemos saber que la Biblia es realmente de Dios y no del hombre? No faltan los que atacan la Biblia diciendo que es una invención del hombre, o que ha sido manipulada por el hombre. Pero les voy a presentar cuatro razones por las cuales podemos confiar que la Biblia es la Palabra de Dios y que en la actualidad podemos estar seguros de que tenemos el mensaje original escrito por los profetas y apóstoles.
Primero, la Biblia es el documento antiguo más fidedigno que tenemos. Utilizando el mismo criterio con el que juzgamos otras obras históricas, la Biblia no sólo es fiable, sino que es más confiable que cualquier otro escrito similar. Existen más de 5,800 copias parciales o totales del NT, y el trozo más antiguo es de apenas 100 años después del original. Esto puede parecer mucho tiempo, pero después de la Biblia, la Ilíada de Homero es la que tiene más copias (1,757 manuscritos) y la más antigua de ellas es de 400 años después del original, y nadie cuestiona su fidelidad. El NT tiene la mayor cantidad de manuscritos y el menor intervalo de tiempo desde los eventos originales. Esto permite una alta confianza en la fidelidad de la transmisión del texto. Y aunque el número de manuscritos del AT es menor (todavía más que la Ilíada), y el intervalo de tiempo es más amplio, descubrimientos como los Rollos del Mar Muerto respaldan su precisión a lo largo de los siglos. Así que la Biblia no ha sido manipulada por el hombre, sino que el texto que tenemos hoy en día es la Palabra que Dios inspiró a sus autores con variaciones menores en la RVR60.
Además, la precisión de los eventos y personas de la Biblia todavía sorprende a muchos. Hubo épocas en la historia en la que se desconocían ciertas personas y lugares, y se pensaba que la Biblia era anacrónica o imprecisa al colocarlos. Pero los estudios arqueológicos modernos, cada día confirman y apoyan sistemáticamente el registro bíblico, y nunca ha contradicho la Biblia.
Segundo, la Biblia es un libro único en su composición, mensaje e historia. La Biblia fue escrita en un período de unos 1,600 años, por más de 40 autores, en tres continentes diferentes, en diferentes circunstancias y lugares, en diferentes momentos, diferentes estados de ánimo, en tres idiomas, en relación con decenas de temas polémicos, pero habla con una sola voz. Es única en su circulación, siendo el libro más publicado y popular de la historia. Es única en su traducción, habiendo sido traducida a más idiomas que cualquier otro libro. Es única en su supervivencia, habiendo sobrevivido a los estragos del tiempo, la copia manual, la persecución, y la crítica. Es única en su honestidad, trata de los pecados y fracasos de sus héroes de una manera bastante inusual entre la literatura antigua. Es única en su influencia, pues tiene, de lejos, una mayor influencia en la cultura y la literatura que cualquier otro libro en la existencia.
Tercero, la Biblia es un libro de la profecía predictiva, literalmente cumplida. Por ejemplo, hay alrededor de 300 profecías concernientes al Mesías que fueron exacta y literalmente cumplidas por Jesús, como su nacimiento en Belén, su forma de muerte y entierro, etc. Otro ejemplo es el que aprendimos en el libro de Daniel, donde la Biblia describe el ascenso de cuatro imperios mundiales sucesivos: Babilonia, Persia, Grecia, Roma, con tal exactitud que todos los críticos afirman que esos pasajes deben haberse escrito después de ocurridos los sucesos.
Cuarto, la Biblia es un libro que cambia vidas. Ha cambiado profundamente las vidas de millones de personas, independientemente de su raza, edad, sexo, cultura o condición social. Incluyendo la mía. Antes de recibir la revelación de Jesucristo en mí, yo decía ser ateo y científico, y atacaba a aquellos que tenían fe en Jesús, haciéndoles dudar de sus convicciones. Jamás imaginaba que unos 25 años después, estaría en otro país, en otra cultura diferente, invirtiendo tiempo, esfuerzo y dinero para enseñar la Biblia a otros. ¡Esto solo puede venir por la revelación de Jesucristo en la vida de alguien! Y ese es precisamente el argumento de Pablo a continuación.
II.- La conversión de Pablo (13-24)
Ahora el apóstol Pablo va a explicar cómo ocurrió en su vida la revelación de Jesucristo. Leamos juntos los vv. 13-14 por favor. Empieza contando cómo vivía antes de su encuentro con Jesús. El testimonio del apóstol Pablo es realmente impresionante. Él no era solamente ignorante de la gracia de Dios, ni tampoco era un simple enemigo del evangelio, sino que fue uno de los más férreos perseguidores del evangelio. Él mismo testifica su ferocidad al perseguir la iglesia en Hch. 26:9-11: “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.” Saulo, el nombre de nacimiento del apóstol Pablo, había creído que era su deber acabar con todos los que confesaban y predicaban a Jesús como el Cristo, el Mesías. Él quería exterminar por completo a la Iglesia. Estaba enfurecido con ellos porque pensaba que blasfemaban contra Dios y desviaban a muchos judíos de la fe de sus padres. Así que no le bastó con asolar la Iglesia en Jerusalén, sino que fue a ciudades extranjeras a perseguirlos también.
Pero, ¿por qué hacía eso? Él mismo lo explica en Flp. 3:5-6: “circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.” Él era un judío sumamente orgulloso de su religión y cultura. Había crecido como un fariseo celoso por guardar la Ley y las tradiciones de sus padres. En Hch. 22:3-4 testifica que, aunque nació en Tarso de Cilicia, fue criado en Jerusalén, e instruido por uno de los rabinos más influyentes de su época, Gamaliel. Y con esa instrucción y celo aventajaba a muchos de sus contemporáneos. Y queriendo ser uno de los judíos más celosos, se puso por meta acabar con todo aquel que confesase y predicase a Jesús como el Cristo tanto en Jerusalén como fuera de ella.
Y precisamente yendo a Damasco a encarcelar a los cristianos que hubiesen allá, le sucedió lo siguiente: “Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas. Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco. Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.” (Hch. 22:6-15).
¡Guau! ¡Yendo a perseguir a los cristianos en Damasco tuvo un encuentro personal con Jesús Resucitado y recibió la misión de ser testigo suyo a todos los hombres! ¡Y su vida cambió completamente! Dice Hch. 9:20-22 que: “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.” ¡Después de perseguir terriblemente a la Iglesia de Dios, ahora se convirtió en uno de sus más prolíficos predicadores, demostrando a través de la Biblia que Jesús es el Cristo! ¡Gloria a Dios!
La única forma de que nuestras vidas cambias así de radicalmente es que tengamos un encuentro personal con Jesús. ¿Has tenido tú este encuentro personal con tu Señor? ¿Cómo fue? ¿Cómo ha cambiado esto tu vida? Aprovecha esta semana para escribir tu testimonio de vida y recordar esta maravillosa gracia de Dios. Y si todavía no has tenido un encuentro personal con Jesús, oro para que nuestro Salvador se revele a tu corazón y te muestre Su voluntad para tu vida. Él no quiere que vivas así en pecado. Él no quiere que vivas con tristeza y amargura. Él no quiere que vivas acongojado y resentido por las heridas del pasado. Él quiere que tengas vida, y vida en abundancia (Jua. 10:10). Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y para que nuestras heridas sean sanadas. (1Pe. 2:24). Acepta a Jesús como tu Señor y Salvador y Él perdonará todos tus pecados, sanará todas tus heridas, y te dará una nueva vida poderosa en el Espíritu como lo hizo con Saulo. Amén.
Y este encuentro de Saulo con Jesús no fue algo accidental, ni una venganza de Dios contra él por perseguir a la iglesia. Leamos juntos los vv. 15-16a por favor. Ya Dios tenía planeado esto para Saulo desde que él estaba en el vientre de su madre. Él le reveló a Su Hijo en Su tiempo perfecto, dándole una misión. Dios también te ha escogido desde el vientre de tu madre y tiene una misión para ti. Acepta a Jesús como tu Señor y Él revelará Su Hijo en ti. Amén.
Leamos juntos el v.16b por favor. Aquí está la misión de Pablo. Dios lo llamó para que predicase el evangelio a los gentiles, esto es, a todas las naciones. Esto era inaudito porque los judíos, y aún los apóstoles al principio, pensaban que la salvación del Mesías era solo para los judíos. Pero el Señor ya estaba trabajando entre los gentiles también. Y ahora llamó al más judío de los judíos para llevar el evangelio a los gentiles, quienes eran mayoría en las iglesias de Galacia a donde estaba llegando esta carta.
El Señor tiene una misión y una voluntad para cada uno de nosotros. Él no te llamó a la iglesia solo para que vengas y te sientes aquí los domingos, escuches el mensaje, y regreses a tu casa y vivas toda la semana de la misma manera que lo hacía antes. Él te llamó para que seas un discípulo suyo. Es decir, para que aprendas Sus enseñanzas y Su estilo de vida, y vivas como Él vivió. Y para que después vayas y hagas discípulos de Jesús también. Esta es la misión general de la Iglesia que nos concierne a todos y cada uno de nosotros.
Luego, Él tiene un llamado y una voluntad especial para cada uno en particular. A mí me llamó como misionero para los jóvenes universitarios panameños. Mis versículos claves de misión cuando vine a Panamá fueron: “librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” (Hch. 26:17-18). Dios me libró del pueblo venezolano, entre quienes predicaba el evangelio y tuve muy poco fruto, para venir al pueblo panameño y abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban el perdón de sus pecados y herencia entre los santificados. Y oro para que yo pueda cumplir fielmente esta misión y continuar llevándoles a ustedes el mensaje del evangelio, y que sus ojos sean abiertos completamente y puedan vivir una vida santa y agradable para el Señor, y que pueda ir a la Universidad de Panamá y predicar el evangelio allí también, y el Señor añada cada día a Su Iglesia los que han de ser salvos. Amén.
Hermanos, no piensen que para predicar el evangelio necesitan conocer mucho la Biblia ni tampoco tener un testimonio poderoso o impresionante como el de Pablo. Con su testimonio de conversión y las palabras que hayan recibido de Dios, Él puede usarlos como instrumentos para traer a otros a la fe. Lo único que necesitas es tener un corazón dispuesto e ir a la Universidad de Panamá, o invitar a un familiar, compañero o amigo, testificando lo que Dios ha hecho en tu vida, y el Espíritu Santo hará Su obra en sus corazones, porque al final es el Espíritu quien revela al Hijo en nosotros, y nos convence de pecado, de justicia y de juicio. Amén.
En los vv. 16c-24 el apóstol Pablo testifica cómo fueron sus primeros pasos en el Señor. Después de recibir la vista por la imposición de manos de Ananías, él estuvo un tiempo con los discípulos en Damasco, y luego se fue a Arabia, probablemente a Nabatea, y tuvo allá un retiro espiritual. Seguramente oró mucho y escudriñó profundamente las Escrituras, recibiendo la revelación divina de cómo Jesús era el cumplimiento de las profecías veterotestamentarias. Luego regresó a Damasco y demostró esto fervientemente en las sinagogas de la ciudad, hasta que los hermanos de Damasco tuvieron que descolgarlo en una canasta del muro de la ciudad, porque los judíos de Damasco habían resuelto matarle. De allí fue a Jerusalén y ninguno de los hermanos lo quería recibir porque sabían quién era y le tenían miedo, pero Bernabé le llevó con Pedro con quien estuvo quince días. Sin embargo, los judíos procuraban matarle nuevamente y fue enviado a Siria (probablemente a Antioquía), y de allí a su ciudad natal, Tarso, en Cilicia. Así que no fue discipulado por los apóstoles, ni fue conocido por las iglesias en Judea, aunque estas oían lo que el Señor hacía a través de Pablo, y glorificaban a Dios. Él recibió el evangelio y fue discipulado por revelación de Jesucristo para su llamado apostólico.
En realidad, todo el testimonio de Pablo es extraordinario. Esa no es la forma en la que regularmente el Señor llama a la gente al arrepentimiento. Ciertamente, algunas personas en la historia han tenido una revelación de Jesucristo sin la mediación de un siervo predicador, como los casos de Martín Lutero y “su experiencia de la torre”, y Agustín de Hipona y su “Tolle lege” (“Toma y lee”). Pero lo común es que el Señor use un instrumento para llevar el evangelio a los oídos, y que el Espíritu Santo lo lleve al corazón, y revele al Hijo en nosotros. Entonces el nuevo creyente necesita ser discipulado en la iglesia para que la vida del Hijo se revele también a través de Él.
No cometa el error de pensar que usted no necesita estudiar la Biblia con un maestro bíblico, o que no necesita el consejo de su pastor en cualquier área de su vida, o que no necesita congregarse. Esto es un error que viene del orgullo. Es el mismo error de los fariseos que no quisieron escuchar a Jesús. No vaya por ese camino. Tome cada oportunidad que el Espíritu le da para sentarse con su maestro bíblico y estudiar la Biblia. O para escuchar el consejo de su pastor en cualquier área de su vida. O para venir a la iglesia a adorar a Dios y a disfrutar de la comunión de los santos. Esos son los medios que Dios ha provisto para nuestra edificación, más allá del estudio personal de las Escrituras, del tiempo devocional a solas o en familia, y de confiar en la propia sabiduría o prudencia para manejar los asuntos de la vida. Sea humilde y reconozca que nos necesitamos los unos a los otros. Para eso nos puso aquí el Señor. Continuemos sirviéndonos los unos a los otros. Continuemos orando los unos por los otros. Y que el Señor nos ayude a crecer en Su gracia.
Yo oro para que Jesucristo sea revelado en nosotros y a través de nosotros, y que Dios nos use como instrumentos suyos para convertir a Panamá en un Reino de Sacerdotes y una Nación Santa para Su gloria. Que todo el mundo glorifique a Dios en nosotros. Amén.
ARCHIVOS PARA DESCARGAR
|
[9.Feb.2025]_Dominical-UBF-Panamá_(GAL_1..11-24)-Mensaje.pdf
|
|
[3.Feb.2025]_Dominical-UBF-Panamá_(GAL_1..11-24)-Cuestionario.pdf
|
¿Desea ver el cuestionario asociado a este mensaje?
Ver CuestionarioFOROS UBF ESPAÑOL
-
P. Hugo Hurtado (VE)
( 20 de noviembre de 2020 )
Hasta ahora se han realizado 0 comentarios...