Daniel 6:1-28
6:1 Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino.6:2 Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado.
6:3 Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.
6:4 Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.
6:5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.
6:6 Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive!
6:7 Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones.
6:8 Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada.
6:9 Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.
6:10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
6:11 Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios.
6:12 Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada.
6:13 Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición.
6:14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle.
6:15 Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.
6:16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
6:17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.
6:18 Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
6:19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones.
6:20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?
6:21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.
6:22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
6:23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
6:24 Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.
6:25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.
6:26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.
6:27 El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.
6:28 Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.
Tu Dios, al que siempre sirves
Leamos V1,2: “Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado.” La semana pasada veíamos que el rey del anterior imperio de Babilonia llamado Belsasar se encendió en soberbia al utilizar los vasos que Nabucodonosor su pariente había mandado a traer del templo de Jerusalén, luego de beber vino en ellos y profanar su verdadero uso apareció en la pared un dedo que escribía algo inentendible para ellos, Belsasar mandó llamar a sus brujos y hechiceros pero no pudieron interpretar el escrito, pero al llamar a Daniel pudo declararle el fin del imperio y que había sido hallado incompetente para continuar desempeñando el cargo como rey y finalmente esa misma noche el rey fue muerto y el imperio cayó, quedando a manos de otro rey llamado Darío.
Vemos en el primer versículo que este nuevo rey comenzó de inmediato a reformar su gabinete ejecutivo, ya que ahora tenía mas terreno en su imperio (Medo - Persa) y necesitaba levantar líderes que gobernasen tanto la tierra que ya tenían como la que acababan de conquistar. Para ello designó a 120 sátrapas quienes tenían la responsabilidad de gobernar sobre todo el reino y de darle cuentas al rey de todo lo que ocurriese en su gestión, pero estos hombres no gobernarían solos sino con la supervisión de tres hombres de mayor confianza para el rey, pues el versículo 2 nos declara que había tres hombres por encima (en jerarquía) que ellos con la finalidad de que el rey no se viese perjudicado.
De antemano ya podemos darnos cuenta que el rey necesitaba cuidarse mucho de sus súbditos, pues por lo que se aprecia había un ambiente de conspiraciones y conflictos de sublevación, los cuales debían mantenerse a distancia y detectarlos lo antes posible para poder mantenerse en el poder. El rey había designado la nueva estructura social y política de su imperio, pero es importante resaltar que entre esos tres hombres de confianza estuvo Daniel. ¿Cómo pudo Daniel siendo de otra nacionalidad y siendo cautivo del imperio anterior ocupar un cargo tan importante en el nuevo imperio? Meditando en esto puedo pensar que una de las razones por las que Daniel ocupó este cargo tan rápidamente fue por el hecho de que el fue quien predijo la caída del imperio anterior cuando pudo leer e interpretar la escritura en la pared, y por este importante suceso el había sido promovido como el tercer hombre mas importante del reino anterior y por ende también en este por su inteligencia y honradez en su forma de trabajar, además de las recomendaciones que él pudo recibir. Pero cuando leemos la biblia nos damos cuenta que la razón espiritual de su éxito era la siguiente.
Leamos V3: “Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.”
La razón por la que Daniel ocupó tal cargo se debió a que en él había un espíritu superior, estaba dotado de talentos muy preciosos de parte de Dios para administrar, gerenciar y coordinar tanto personal a su cargo como recursos económicos, esto dio a su currículo un toque muy especial, de lo cual carecían los otros dos gobernadores y los 120 sátrapas. Ciertamente Daniel pudo ser rápidamente promovido por esto a tal cargo y tanto así fue su impacto que el nuevo rey “pensó ponerlo sobre todo el reino” algo así como de Vice - Presidente, el cual cuando el rey no estuviese sería él el rey encargado.
Pero todo esto, aunque suena muy bonito y bastante motivador conlleva una consecuencia bastante peligrosa: la aparición espontánea de numerosos enemigos ocultos. Los demás compañeros y colegas sentían rabia porque a Daniel se le daba ascensos y elogios por su trabajo y a ellos no, y por consiguiente esto generó un áspero y rugoso sentido de envidia hacia él, también considerando que, muy posiblemente ellos estarían inmersos en actos de corrupción, estafas, bachaqueo y sobornos de diversa naturaleza, la gestión de Daniel para ellos tal vez sería un grave peligro para la forma fraudulenta en que ellos estaban haciendo sus labores.
Con todo esto vemos que Daniel siempre mantuvo su integridad, a pesar de estar rodeado de un grupo de personas deshonestas, el prefirió mantenerse siempre con la verdad por delante, siempre actuando con honestidad y transparencia, y si nosotros los cristianos de hoy en día aprendemos a cultivar y poner siempre en práctica este gran principio ético y moral, podremos impactar más allá de lo que hace un sermón elocuente y unas palabras hermosamente decoradas. Lamentablemente en muchas iglesias actuales se ve descaradamente cómo se utiliza la palabra de Dios para generar dinero, vemos “pastores” que devoran a sus ovejas con palabras manipuladas y persuasivas para lograr un objetivo carnalmente personal, iglesias que mal utilizan los fondos de diezmo y ofrendas para satisfacer caprichos de los pastores, también se ha visto que en la actualidad hay ciertos pastores que se ven involucrados en actos de corrupción de dinero, mercancía e incluso tráfico de drogas y escándalos por relaciones extra - matrimoniales con algún miembro de la congregación. Por lo que meditando en esto puedo ver que se necesitan Danieles de fe en nuestras congregaciones y también en los cargos que se ocupan en los diversos puestos de gobierno.
Como es del conocimiento de muchos, la situación actual en Venezuela ha sido la noticia internacional más leída y seguida por los diferentes medios de comunicación social y electrónico, uno de los sectores que ha sufrido un daño gravísimo es el sector educación, desde prescolar hasta la educación universitaria de pregrado y posgrado hay un déficit impresionante de profesores, investigadores y estudiantes que llenen nuestras universidades, actualmente se habla de un 70% de deserción de estudiantes en algunas facultades de las principales universidades de Venezuela. Pero cuando leo esta historia de Daniel puedo ver claramente cómo esta situación educativa representa para la iglesia evangélica venezolana una oportunidad de oro para que ocupemos esos lugares con pastores, maestros, evangelistas, profetas y pastores que aparte de dictar las cátedras en las distintas áreas del saber humano, se lleve el evangelio y se siembre en especial en los niños una enseñanza de valores espirituales basados en la biblia que sirvan para levantar una generación de hombres y mujeres que no confíen en un hombre sino en el Señor de señores.
Leamos V4,5: “Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.”
Vemos que los sátrapas no pudieron encontrar debilidad en la gestión de Daniel porque trabajaba muy honradamente, seguramente buscaban ocasión de hacerle caer, intentaron sobornarlo, le tendieron trampas, pero él las detectaba y no pudieron encontrar debilidad en él en cuanto a su trabajo. Entonces la estrategia a utilizar fue la de atacarlo por su lado fuerte ¿Cuál era el lado fuerte de Daniel? La relación con Dios. Para los sátrapas la relación con Dios era la parte de debilidad con la que podían llegar a opacar su trabajo, pero hablo de fortaleza porque la biblia es un libro espiritual y como tal la fortaleza de todo cristiano esta en la oración y relación con el Señor.
Con esto aprendemos que satanás va a buscar siempre la forma de atacar a los hijos de Dios. Nosotros hemos comprendido durante muchos años que debemos cuidarnos en nuestras debilidades para no ser tentados, pero muchas veces no le prestamos atención a aquellas partes de nuestra vida en la que ya hemos alcanzado metas y nos creemos muy capaces o que ya tenemos eso superado. Pablo advirtió de esto cuando dijo en 1Corintios 10:12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” Cuando descuidamos una fortaleza de nuestra vida, desde ese mismo momento se convierte en debilidad. Conozco personalmente la historia de un pastor que trabajó muchísimo para levantar discípulos y consolidar una iglesia muy estable, una vez que lo logró sintió que ya no debía enfrascarse tanto y comenzó a poner su atención en cosas personales y comenzó a jugar con fuego teniendo una relación con una de las hermanas de su iglesia, cuando se detuvo a meditar en lo que le estaba pasando ya había perdido su iglesia y las ovejas se dispersaron en tres direcciones diferentes (denominaciones) y el estado de este hombre es actualmente como un vendedor ambulante de la calle sin propósito alguno en la fe.
Leamos V7-9: “Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.”
Los sátrapas (o como decimos en lenguaje criollo “zarrapastrosos”) luego de reunirse en sesión extraordinaria acordaron convencer al rey que firmase un edicto en el cual durante 30 días nadie adorase ningún otro dios o persona que no fuese el rey. Cuando se presentaron delante de él esa propuesta le pareció excelente, ya que esa basta extensión de tierra que recién acababan de conquistar necesitaba comprender “quién es el que manda” y por tal motivo ese edicto fue firmado a la ligera por el rey, siendo manipulado por su gabinete ejecutivo, pues la verdadera intención de ellos no era en ningún momento darle poder al rey sino sacar a Daniel del camino. El rey según lo que está escrito de él tanto en la biblia como en inscripciones jeroglíficas y escritos antiguos, ese rey Darío era muy soberbio, y esa soberbia hizo que ante este tipo de estímulos en los que su orgullo se veía comprometido, accediera fácilmente y fuese manipulado rápidamente.
Tal vez aparte de Daniel, había un gran número de judíos que también adoraban al verdadero Dios, pero sólo uno estaba en un cargo de gobierno: Daniel y el fue el centro de esta conspiración. ¿Qué hizo Daniel ante esta intentona golpista?
Leamos V10: “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.”
Cuando Daniel se enteró de este edicto pudo darse cuenta que él era el objetivo de este ataque, su actitud fue trascendente y muy sabia, él decidió obedecer al Rey, pero no a Darío sino al Rey de reyes y Señor de señores, el no dejó de hacer “lo que solía hacer antes”, es decir, oración. Dice la palabra que tres veces al día Daniel oraba (9am, 12m y 3pm) y lo hacía con las ventanas que daban hacia Jerusalén en señal simbólica de intercesión por el pueblo judío que estaba a punto de morir en el foso de los leones si eran capturados orando o haciendo culto al Señor.
En lo personal lo que me impacta de esta historia es la forma en que Daniel decide obedecer al Señor. Daniel pudo haber continuado su vida de oración calladito, en voz bajita, debajo de la sábana, con las ventanas cerradas, sin que nadie lo descubriera, pero no lo hizo así, lo hizo como antes, es decir, con libertad, en voz audible y con sus ventanas bien abiertas.
Muchas veces nosotros los cristianos actuales hemos caído en el error de hacer las cosas, pero sin fuerza, calladitos, allí escondidos sin que nos descubran que estamos asistiendo a la iglesia, comportándonos como si tuviésemos algo malo de qué avergonzarnos y no queremos que la gente sepa y sentimos temor a lo que el hombre pueda decir de nosotros, dejando de lado lo que Dios realmente esta observando de nuestra conducta. Daniel no tenía nada que esconder, su fe a Dios no era vergüenza para él, sino una total satisfacción para su vida, mantuvo siempre su integridad.
Leamos V11-13: “Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición.”
Como ya hemos visto en mensajes anteriores en babilonia la palabra del rey era la ley, pero en Media y Persia la palabra del rey iba acompañada del acuerdo de los sátrapas. Ellos ejerciendo su manipulación le recordaron al rey que no podía revocar su propia ley y que Daniel fue hallado en desacato a dicha orden. Pudiera parecer que Daniel entró en desacato a la orden del rey por soberbia, pero la desobediencia de Daniel no era por razones humanas sino espirituales, la prioridad de Daniel era obedecer primeramente al Señor. Leamos dos palabras a continuación:
Romanos 13:1 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”
Hechos 5:29 “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”
¿Cómo saber cuándo debemos obedecer a la autoridad humana y cuándo a Dios?
La Biblia claramente dice que debemos sujetarnos a las leyes y a las autoridades superiores (específicamente de gobierno) pues porque ellos están allí es por Dios y es él quien los pone y los quita. Pero antes que los hombres, debemos obedecer al Señor. Meditando en esto me doy cuenta que cuando la orden de un hombre se anteponga a la orden del Señor, tenemos el deber ante Dios de desacatar dicha orden inmediatamente. Por ejemplo, en la actualidad de Venezuela por razones políticas, hay una tendencia en las escuelas y liceos de Venezuela a que no se hable de Dios, para no fomentar el aumento de feligreses en la iglesia católica quien en los actuales momentos le hace oposición al gobierno socialista. Tal vez algún hermano sienta como un alivio de esto porque así los católicos les cuesta ganar seguidores, pero pensar esto es un gravísimo error, pues dejar de hablar de Dios a los niños y adolescentes es un cáncer muy desgarrador ya que esos futuros adultos del mañana no tendrán a Dios y simplemente su alma esta siendo dirigida a ese horrendo lugar llamado “lago de fuego y azufre” al cual irán los que no conozcan al Señor, en este sentido la iglesia evangélica tiene el deber de desobedecer esta orden y al contrario, promover en los niños y jóvenes que se busque de Cristo y que confiemos en Él.
Daniel no obedeció el edicto del rey porque iba en contra de lo que Dios le pedía, pero el mismo libro de Daniel nos revela claramente cómo Daniel había llegado al alto cargo que tenía por ser un hombre honesto y obediente a las normas y leyes tanto de Nabucodonosor como de Darío. Esto nos enseña que debemos tener y pedir a Dios ese discernimiento que necesitamos para saber en qué momento debemos ser obedientes a la autoridad puesta por Dios y cuando debemos ser obedientes a Dios como tal.
Leamos V14-16: “Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado. Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.”
El rey viéndose engañado por los “zarrapastrosos” le pesó en gran manera haber firmado el edicto a la ligera sin analizar bien por qué lo estaban haciendo tan apresuradamente. Pero como dice un refrán popular: lo que está hecho, hecho está. El rey buscó durante todo el día la forma de cómo librar a Daniel, tal vez se puso a leer las leyes, buscó algún consejo de jueces, abogados, pero nada podía hacer. El rey creyó que al finalizar la tarde el asunto quedaría pospuesto hasta la mañana, y tendría más tiempo para buscar una solución, pero no fue así. Esto demuestra que cuando culmina el obrar del hombre comienza el obrar de Dios.
El obrar de Dios comienza justo cuando Daniel es echado en el foso de los leones. ¡Así es! Dios trabaja así de una manera inexplicable. Esa misma noche Daniel fue sentenciado por el rey en contra de su propia voluntad, pero lo que nadie imagino es que la cama de Daniel esa noche iba a ser un grupo de leones y sus melenas le servirían de almohada.
Así como los leones atemorizaban a la gente y era el medio de castigo de los medos y persas, hoy en día hay dos clases de leones que lo que hacen es sólo rugir y asustar, pero contra nosotros los cristianos nada que ver. El primer tipo de león (y a modo de chiste lo digo) son los leones del Caracas… en Venezuela hay dos equipos de béisbol profesional (Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes) que son rivales de toda la vida, así como lo son el Barcelona y el Real Madrid, y yo que simpatizo por el Magallanes sé que ¡los Leones del Caracas no pueden hacernos nada!
Volviendo al mensaje y ya hablando en serio el segundo tipo de león se encuentra en 1Pedro 5:8,9 que dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”
Satanás anda buscando a quien devorar, lo que hace es asustarnos con sus rugidos, pero cuando estamos en Cristo realmente no nos puede hacer nada, si confiamos en Dios y dejamos que el gobierne nuestra vida, podremos experimentar lo que experimentó Daniel en ese foso lleno de animales feroces pero que fueron calmados por un ángel que Dios había enviado para calmarlos.
Leamos V18: “Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.” Dice la palabra que Darío no cenó esa noche, se acostó a dormir y se le fue el sueño. Los reyes tenían un harén de esposas en el que cada noche iba y escogía a una y dormía con ella en el palacio, pero esa noche ni siquiera a su harén tuvo deseo de ir, lo cual muestra que se había dado cuenta de la malicia de sus funcionarios y de cómo había mandado a matar a su mano derecha y pieza clave para su reino. ¿Qué cosas pensaría el rey esa noche? Seguramente muchas cosas invadían su mente, pero meditando en esto a modo personal puedo decir que el rey pensaría muchísimo en que estaba perdiendo a nivel de trabajo uno de los hombres más importantes, el más honesto, el más capacitado y el más diligente. Además, seguramente le preocupaba el hecho de que, viendo la manipulación de sus sátrapas, debía cuidarse mucho más a partir de ahora, pues el golpe de estado estaba a las puertas de su reino.
Leamos V19,20: “El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” Pero lo más importante para el rey era Daniel, fue muy de mañana al foso a buscarlo o, mejor dicho, a ver los restos. Pero para su asombro Daniel estaba de lo más relajado en su cama de león, en ese momento tal vez le estaba rascando la barriga al más grande de los leones.
Pero importante es lo que el rey pregunta, que por cierto fue lo mismo que le dijo la noche anterior: “el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves”. Darío sabía que él no era el Dios de Daniel, sino Jehová Dios. Por eso le dice el Dios tuyo, pero lo más importante es que este rey reconocía la sumisión de Daniel por servirle, al rey le impactaba cómo Daniel sabía obedecer al hombre por su autoridad, pero a la vez servir al Señor con todo su ser, sin temores, sin obligaciones.
Esto me llama profundamente la atención pues, ¿estamos haciendo nuestro trabajo secular honestamente y a la vez sirviendo a Dios como él lo requiere? ¿cuántas veces las cosas materiales e incluso la obra de Dios ha estado por encima del Dios de la obra?
Daniel declara que Dios envió su ángel y cerro la boca de los leones, porque él fue hallado inocente y quedaba demostrado con este acto sobrenatural. De inmediato fueron echados al foso todos los sátrapastrosos con sus familias y gran banquete se dieron los leones ese día. La obra de Dios se concreta cuando por medio de Daniel el rey decreta un nuevo edicto el cual no puede ser abrogado por nadie. ¿Qué ordenó el rey?
Leamos V25-27: “Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.” el rey proclama que ahora al que todos deben temer es ante el Dios de Daniel, y declara que su reino no tiene fin. El reino quedo limpio de conspiradores y hubo paz por un tiempo. Semejantemente a Nabucodonosor este rey reconoció al Dios de Daniel delante de todo su reino y ordenó explícitamente que se le adorase y se le temiera, sin embargo, él no le conoció como tal y por supuesto nunca fue su seguidor. Esto último y ya como reflexión final me hace meditar en que en la actualidad hay muchos cristianos que asisten regularmente a sus congregaciones que no tienen relación con el Señor y no le conocen realmente, sino que entienden con su cabeza las cosas de la biblia pero no la practican, no la llevan a su propia vida personal, por tal razón es que la palabra dice en Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
Oro para que por medio de estos mensajes del libro de Daniel podamos comprender la importancia de mantenernos fieles al Señor, haciendo lo que sabemos que es correcto comprendiendo que, si hacer lo correcto puede acarrear situaciones no agradables para nuestra vida, la verdadera recompensa se encuentra en el reino de los cielos. Amén.
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