1 Samuel 13:14-14
13:14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.David, conforme al corazón de Dios
Buen día para tod@s! Nos encontramos el día de hoy aquí reunidos para compartir una palabra muy especial. David, el personaje que veremos el día de hoy es uno de los más famosos en toda la Biblia, un hombre que dejó huella profunda en la historia del pueblo de Israel y que aún sirve de gran influencia espiritual para nosotros como seguidores de Dios en la actualidad. El nombre de este personaje bíblico aparece nada más y nada menos que 1215 veces a lo largo y ancho de la Biblia y es sin duda alguna uno de los personajes más interesantes e importantes para aprender cómo debemos vivir ante Dios.
Comenzamos este mensaje mencionando al personaje bíblico que tratamos en el mensaje pasado: Saúl. Vimos que este hombre fue escogido por Dios a petición del pueblo para ser el primer rey de Israel, pero por su negligencia e irresponsabilidad cometió una serie de errores durante su reinado, errores que causaron en el pueblo inclinación hacia la idolatría y la desobediencia a las leyes de Dios, por lo que Dios entristecido y a la vez airado con Saúl le anunció al sacerdote Samuel lo siguiente: leamos 1 Samuel 15:10,11 “Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras.” Dios dijo a Samuel que Saúl no era agradable a sus ojos y que le pesaba haberlo puesto por rey sobre Israel.
Hubo una ocasión en la que Saúl hizo un sacrificio, tarea que según la ley de Dios dada a Moisés sólo le correspondía a los sacerdotes hacer, Samuel al ver que Saúl había desobedecido a la ley de Dios tras darle un fuerte regaño le dice: leamos 1 Samuel 13:14 “Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” Con esta palabra desde ya podemos ver una cualidad que tendría el sucesor del reinado de Saúl ¿Saben cuál es? “Un varón conforme a su corazón”
David el personaje bíblico de hoy es quien sucedería la labor que debió haber hecho Saúl. Ahora veamos qué significa “tener un corazón conforme al de Dios” y para verlo comenzaremos por decir qué elementos NO son conformes al corazón de Dios. Tomemos por ejemplo la vida del propio Saúl. Saúl entre sus errores más notorios estuvo el ser obediente a medias y era una persona inconstante en sus acciones. Saúl “obedecía” pero como a él le parecía, hacía las cosas como él las consideraba correctas, sin importar si lo correcto para él era incorrecto para Dios. Esta actitud junto con a su ánimo inestable son dos conductas que a Dios le desagrada, pero existe una tercera actitud que es en sí misma ¡más dañina y maligna que las dos ya mencionadas! Saúl no se arrepentía verdaderamente, cuando Samuel le reclamaba por cosas que no cumplía siempre trataba de justificarse, y buscaba la forma de evadir su responsabilidad, pero en su corazón no había ese pesar por su error, no tenía esa “conciencia” que lo impulsara a sentir dolor por sus errores y pedir perdón sincero ante Dios, o dicho de otra manera, sólo había en su corazón “remordimiento” en lugar de “arrepentimiento”.
Herman@s éstas tres actitudes de verdad desagradan a Dios, pues denotan tibieza, denotan inestabilidad y muestran que no es ni lo uno ni lo otro sino una total y mera mediocridad. ¿Cómo está tu corazón en este momento? Si no lo sabes entonces tiene sentido preguntarse ¿Cómo hago para saber lo que hay en mi corazón? Jesús nos muestra una forma bien sencilla de saber cómo estamos interiormente, leamos Lucas6:45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.” Lo que sale de nuestra boca de eso está lleno el corazón. Si hablamos groserías, si decimos cosas morbosas y obscenas, si nos la pasamos en una sola queja, o chismeando y hablando mal de los demás, es muestra evidente que en nuestro corazón no hay buen tesoro. Si de tu boca salen estas cosas entonces ahora es el momento de pedir perdón a Dios, pero no a medias como Saúl, sino con sinceridad.
Herman@, ya tu sabes que a Dios le desagrada el pecado, pero quiero decirte que a Dios le desagrada aún más el que no nos arrepintamos. Dios se agrada cuando nosotros nos arrepentimos y literalmente “se olvida” de los errores que hemos cometido, Lucas 15:10 dice: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” Dios no está interesado en cuáles pecados has cometido, Dios ya está harto de remordimientos, él quiere que “sinceramente” le pidas perdón por todos esos errores que has hecho y quiere ayudarte a sacar toda esa inmundicia que hay en tu corazón, para llenarlo con excelentes tesoros. ¿Amén?
Bien, ya vimos que la obediencia a medias, la tibieza y el no arrepentirse desagradan muchísimo a Dios, ahora veamos qué cosas son las que le agradan y lo veremos a través de la vida del personaje Bíblico de este mensaje: David.
Luego de que Dios decide poner fin al reinado de Saúl le indica a Samuel que vaya a casa de un hombre llamado Isaí, el cual tenía 8 hijos varones y que ofreciera sacrificios y allí le revelaría cuál de ellos sería el próximo rey de Israel. Samuel estando en el lugar recibe una instrucción bien clara de Dios acerca de la principal cualidad que debía tener ese “nuevo rey”. Leamos 1 Samuel 16:7 “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
Dios advierte a Samuel que desecha lo externo, ya que lo externo es lo que el hombre puede ver, más le indica que lo que realmente tiene valor para Él es lo que hay en el corazón del hombre ¿Recuerdan hace unos instantes que les mencioné que de la abundancia del corazón habla la boca? Eso es lo que Dios realmente ve y explícitamente Dios deja claro lo que a él le agrada. ¿Se agradaría Dios si en este mismo momento le echa un vistazo a tú corazón? ¿Quieres que Dios se alegre de ver un corazón humillado ante ÉL? Continúa leyendo estas líneas para que así sea.
Samuel hizo traer a 7 de los hijos de Isaí, y Samuel orando ante Dios le dijo que ninguno de ellos era, por lo que le preguntó Samuel a Isaí si esos eran todos sus hijos, y allí le declaró que faltaba aún el menor pero que en ese momento estaba apacentando ovejas, Samuel lo mandó a llamar y cuando estuvo delante de todos ocurrió lo inesperado: leamos 1Samuel 16:12,13 “Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” Aconteció un hecho fascinante, pues David que era un muchacho, apenas si llegaba a la adolescencia ¡Fue escogido por Dios para reinar un país! Y además delante de su familia y seres más allegados. La biblia nos dice que David era rubio, hermoso de ojos y de buen parecer, y luego de ese día el Espíritu Santo de Dios vino sobre él. David desde este momento ya estaba por mandato divino establecido como rey de Israel, pero no tomaría el trono de inmediato, pues antes que eso había un “pequeño” obstáculo a superar… ¡Saúl!
En esta Palabra vemos un contraste muy pronunciado entre David y Saúl, como ya leímos en 1Samuel 16:13 el Espíritu de Dios vino sobre David, pero ¿qué dice el V14? “El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.” El Espíritu Santo de Dios se apartó de Saúl (por su corazón sucio) y descendió sobre David (corazón conforme al de Dios), lo cual nos hace ver que Dios pone y Dios quita, al que no hace las cosas correctamente Dios lo remueve, Saúl el primer rey no fue apto, fue removido por Dios y colocó a David. Dicho esto, quiero elevar una oración a Dios por los gobernantes de nuestro país, quienes (sin caer en política y sin referirme a un nombre en específico) fueron colocados allí por voluntad de Dios, y pido a mi Dios que les dé sabiduría para gobernar como debe ser, pues si no lo hacen entonces Dios mismo los quitará de allí para darle la oportunidad a otro de hacerlo.
Saúl fue atormentado por un espíritu malo enviado por Dios, el cual curiosamente se tranquilizaba cuando escuchaba el sonido del arpa, seguramente esa era ¡música venezolana! Es decir, ¡joropo trancao tocado con el arpa recia cara’! Saúl mandó a sus siervos a traerle a alguien que tocara bien el arpa y lo llevaran hasta él. Pero vemos que en todo esto Dios tenía su mano metida, pues ¿quién sabía tocar como nadie el arpa? Ah pues nada más y nada menos que el próximo rey de Israel… ¡David! Leamos 1 Samuel 16:23 “Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.” Era necesario que David con su forma de ser fuese opacando poco a poco la imagen autoritaria y mal influyente de Saúl.
El en capítulo 17 de 1 Samuel aparece una de las historias más archiconocidas de la Biblia: David y el gigante Goliat. Antes de entrar en detalle con el desarrollo de este hecho quiero adelantarme mencionando que a través de estos sucesos David iba ganando terreno y buena fama ante el pueblo, en cambio Saúl iba perdiendo credibilidad y autoridad sobre el pueblo, escenario necesario para el futuro reinado de David. La Biblia nos dice que en esos días los filisteos formaron un gran ejército para pelear contra Israel, pero había entre ellos un hombre que sobresalía de los demás, medía más de 3 metros y era sumamente fuerte. Goliat el gigante mantenía atemorizado al pueblo de Israel (1Samuel 17:24), incluso el mismo Saúl quien externamente hacía parecer que era muy rudo y un hombre de pesado carácter no se atrevía a ser el hombre que se ofreciera a pelear contra Goliat.
Durante 40 días Goliat estuvo haciendo esta “guerra psicológica” y el pueblo estaba moralmente derrotado. Pero Dios que en todo tiene su plan hizo que David fuese en esos días al lugar de batalla para dar a su padre noticias de sus hermanos, y escuchando las palabras del gigante dijo lo siguiente: leamos 1Samuel 17:26 “Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” David vio a Goliat no como a un gigante sino como un fanfarrón presumido, y sintió David rabia de cómo Goliat se expresaba de Israel y de Dios.
Quiero hacer un paréntesis en este momento para decirles hermanos que aparte de un corazón obediente y aparte de guardar buenos tesoros en nuestro corazón, también a Dios le agrada en nosotros que tengamos la actitud de valentía espiritual que en este momento tuvo David. El pueblo de Israel, aunque se igualaba en fuerza y número a los filisteos, por miedo a enfrentarse a Goliat prácticamente estaban derrotados. David vio a Israel como “escuadrones del Dios viviente” pero ¿se comportaba el pueblo de Dios como el escuadrón del Dios Viviente? Tú has sido llamado por Dios para ser embajador(a) de Cristo en este mundo, pero ¿te comportas como un embajador o dicho de otra manera como “representante” de Dios en este mundo? David vio a Goliat con ojos espirituales y lo vio como un enanito con voz de ardilla en lugar de un gigante con voz de trueno. Tras esto David se ofrece ante Saúl a pelear contra el gigante y aceptar el reto de que el pueblo del perdedor sería siervo del pueblo del ganador. Y Salió contra Goliat, le dio la cara. ¿Por qué David no tuvo miedo de Goliat? Físicamente estaba en desventaja, pero espiritualmente… ¡ah! Es otro cuento…
Leamos 1Samuel 17:45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” ¡Vaya actitud la de David! “Yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones (asustados pero escuadrones) de Israel” Quiero invitarte herman@ a reflexionar en este punto en el que nos encontramos de esta historia. Hoy en día ya no hay hombres con estas características que nos molesten, sin embargo, a nivel espiritual y en nuestro interior hay gigantes que nos desaniman. Tal vez tu Goliat sea una enfermedad, tal vez una decepción amorosa, a lo mejor tu familia que no te comprende, posiblemente un vicio del que no has podido salir, quizá la mala situación económica por la que la mayoría estamos pasando, o una materia o profesor que te hace la vida imposible, pero sea cual sea ese “gigante fanfarrón” delante del poder de Dios es sólo eso “UN FANFARRÓN”, Dios nos ha hecho “más que vencedores por medio de aquél que nos amó” (Romanos 8:37). Te digo y declaro que no hay gigante más grande que el poder de Dios y no hay prueba más fuerte que la que podamos soportar (1Corintios 10:13) y todos empezando por mí persona tenemos Goliats que nos gritan y quieren desanimarnos, pero a ellos vamos “en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Venezuela” ¡Amén!
Luego de esto David viendo que el gigante se le acercaba para matarlo tomó su honda y colocó una piedra lisa y con todas sus fuerzas la lanzó hacia Goliat, quedando la piedra clavada en la frente de Goliat, perforando el cráneo y llegando a destruir el lóbulo frontal del cerebro (si hubiese quedado vivo Goliat hubiese quedado paralítico, mudo, desequilibrado mentalmente, impotente y para rematar con Alzheimer) ¿Qué tal? ¡Y todo por una piedra lanzada con FE! Quiero invitarte hermano a enfrentar a tus gigantes con piedras de fe, que busques de Dios sinceramente y dejes tu vida en sus manos, pues así como con David Él tiene para ti un plan precioso, sólo falta que tú le des la aprobación de aplicarlo a tu vida…
Luego de que David matase a Goliat y cortase su cabeza e Israel derrotara a los filisteos, comenzó a ganar respeto por parte del pueblo, pero acontecería algo que haría de Saúl el rey actual fuese su peor enemigo. Leamos 1Samuel 18:7 “Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles” Saúl a sus miles y David a sus diez miles… Saúl fue herido en su orgullo por esto, ya se estaba empezando a ver claramente que Saúl estaba menguando mientras que David iba ganando fama. Saúl intentó en dos oportunidades matar a David lanzándole su jabalina, pero David las esquivó. Es de hacer notar que, aunque David era aclamado por el pueblo como un gran valiente y su fama iba creciendo cada vez más, su corazón no se envaneció, esto lo afirma 1Samuel 18 14:15 “Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él.”
Saúl en su intención de ver morir a David le ofrece una de sus hijas como esposa cambio de 100 prepucios de filisteos, esto con la intención de que David muriese en manos de ellos, pero resultó que David trajo 200 prepucios y fue esposo de Mical la hija menor de Saúl. Luego de esto Saúl hace una gran persecución contra David, tanto así que David tuvo que huir de la ciudad y esconderse en cuevas, pero en ese tiempo que David estuvo apartado tuvo tiempo para meditar, para buscar más a Dios y pudo escribir al menos 87 de los 150 Salmos que salen en la Biblia. Con este hecho vemos que al igual que otros personajes bíblicos que hemos visto anteriormente, David tuvo que pasar por un momento de entrenamiento, David tuvo que enfrentar momentos difíciles, su vida estaba en peligro y necesitaba confiar más en Dios. Jonatán hijo de Saúl ayudó mucho a David en este tiempo de persecución, tras matar a Goliat, David y Jonatán habían tenido una amistad muy sólida y este hombre fue de gran apoyo para David y en los momentos donde David necesitaba consuelo y compañía Jonatán estuvo allí con él.
Más adelante David tuvo la oportunidad de matar a Saúl con sus propias manos en dos ocasiones, pero David sabiendo que Saúl había sido ungido de Dios como primer rey decidió dejarlo vivo (1Samuel 24:6) y fue a vivir a tierra de los Filisteos. Pero pasando el tiempo David comenzó a ganar fama en esa tierra, pues había derrotado a otras naciones que quisieron hacer guerra contra ellos. Y los filisteos teniendo celos de David prácticamente lo echaron de ese lugar, pero en esos días hubo una nueva guerra entre los filisteos e Israel y en esa guerra muere Saúl y sus hijos (1 Samuel capítulo 31). Y a partir de aquí David es proclamado oficialmente rey sobre Judá (una de las tribus de Israel), sin embargo, tras la muerte de Saúl Is-Boset hijo de Saúl fue proclamado rey del resto del pueblo (tribus) de Israel, esto por supuesto traería fuertes guerras entre David e Is-Boset, y ahora Israel enfrentaba una dura situación de guerra civil entre estos dos bandos. Finalmente, en medio de esos enfrentamientos Is-Boset fue asesinado y David es proclamado rey sobre todo Israel.
En 2 Samuel capítulo 7 vemos que David siendo rey quería edificar un templo para Dios. Pero Dios le dice que aunque él había sido escogido por Dios para ser un hombre de mucha influencia en el pueblo y ser quien librara a Israel de todos sus enemigos, no sería él quien haría un templo para Dios, sino un hijo suyo (2 Samuel 7:8-13), ya que David en las guerras con sus manos había hecho derramar sangre y por esto no debía ser él sino su hijo, quien nacería en tiempos en que Israel vivía en paz y sin ataques enemigos. Este hijo de David llamado Salomón sería el elegido de Dios para hacer esta gran obra y este será el personaje bíblico que estudiaremos la próxima semana en nuestra serie de Personajes Bíblicos.
En 2 Samuel capítulo 11 ocurre en la vida de David un hecho que posiblemente muchos de ustedes desconocen, se trata de una serie de acontecimientos que muestran esa “parte débil” que tenemos los seres humanos, y que si bien David fue un buen siervo de Dios no estuvo exento de cometer errores.
Herman@ te invito a leer 2Samuel capítulo 11 (completo) antes de continuar leyendo estas líneas…
Como vemos aquí David se dejó llevar por su deseo humano tras ver a esa mujer desnuda bañándose (entró la lujuria en su corazón), se acuesta con ella (fornicación), la embaraza y para rematar hace que el esposo de ella muriese en una de las guerras que en ese momento Israel estaba enfrentando con los amonitas (autor intelectual de asesinato). Hace unos instantes hablábamos que David tenía un corazón conforme al corazón de Dios, pero… ¿Qué le pasó a este gran protagonista de la historia de hoy? ¿Cómo es posible que David haya cometido semejante falta?
Bien hermanos, todos somos seres humanos y lamentablemente no somos perfectos. La Biblia nos dice lo siguiente: leamos Marcos 14:38 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” David espiritualmente tenía la mejor disposición de buscar a Dios, y de hecho las cosas que la Biblia dice de él antes de este suceso son evidencia de que el espíritu de David estaba dispuesto, “pero” su carne fue muy pero muy débil. Viendo la cadena de errores que cometió David podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué descuidó David para llegar hasta este punto? Parte de la respuesta la tenemos en el versículo de Marcos que acabamos de leer: “Velad y orad, para que no entréis en tentación” Velad significa mantenerse despiertos (espiritualmente hablando por supuesto), orad significa tener una relación personal con Dios “constante” pero ¿con qué fin? Para no entrar en tentación o dicho de otra forma para que la tentación (que siempre va a estar presente) no cause efecto alguno sobre nosotros. ¡Qué diferencia entre aquel David que enfrentó a Goliat (que estaba despierto espiritualmente) y este David que estaba “dormido” espiritualmente! David al hacerse rey de Israel dejó de llevar esa vida de buscar a Dios como cuando lo hacía en la etapa de su vida que Saúl lo perseguía, y eso fue debilitando su espíritu hasta el punto en que la carne era más fuerte y ese deseo de la carne (pecado) prevaleció por encima del deseo del espíritu (servir a Dios).
Sin embargo, hermanos hay algo más que quiero hablarles, la Biblia dice en 1Corintios 10:12 lo siguiente: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” El que crea que está “bien”, el que sienta que “ya no hay más que hacer porque ya se ha hecho mucho” ¡Cuidado! Pues la Biblia te dice: “MIRE QUE NO CAIGA” David en este momento de su vida como rey se sintió firme, pero no en Dios como cuando enfrento a Goliat, sino se sintió firme en su propia confianza y en su propia experiencia, y justo cuando se sintió así es que pecó de esta manera, de hecho, la Biblia en 2Samuel 11:27 “Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.” Dios no se agradó de lo que David hizo, por lo que al pasar esto Dios envió a un profeta llamado Natán a hablar a David para amonestarlo seriamente. David, viendo todo lo que había hecho, se arrepintió “sinceramente” de todos sus errores y Dios luego de esto le hizo pasar por varias situaciones difíciles, de las cuales una de las más fuertes fue enfrentar a su hijo Absalón, quien estaba haciendo conspiración en el pueblo para levantarse en contra del reinado de David.
La verdad ocurre muchas más cosas en la vida de David que por razones de tiempo no puedo mencionar hoy, pero lo importante es que a pesar de haber errado gravemente, David hizo algo que no hizo Saúl… ¿Recuerdan? David se arrepintió sinceramente de su error y tras ese arrepentimiento vino un cambio de actitud, Saúl en cambio sólo tuvo remordimiento temporal y luego volvió a cometer el mismo error, por esto Dios suplantó a Saúl por David y David representa una pieza fundamental en la historia de salvación de la humanidad, pues de David según Mateo 1:17 dice: “De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.”
En conclusión, herman@s quiero decirte que errar es una condición que todos los seres humanos tenemos que enfrentar, pero el verdadero problema no está en cometer una falta, el problema se da es cuando luego de pecar no hacemos nada para reparar el daño. Dios sabe que nuestro espíritu “está dispuesto” y también sabe que “la carne es débil” pero lo que Dios no tolera es un corazón orgulloso y renuente a reconocer los errores, y sobre todo un corazón indispuesto a cambiar. Si tú has cometido un “error grave” y sientes que ese error es muy grande hay una palabra que dice: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” (Isaías 1:18) Si tu pecado es muy oscuro, será emblanquecido, dicho de otra manera ¡será perdonado!, pero por supuesto será perdonado si y sólo si te arrepientes sinceramente. Si te encuentras en esta situación te invito a cerrar tus ojos y pedir a Dios que limpie tu corazón y renueve tu espíritu. ¿Amén?
Oro para que en nuestra iglesia UBF en Venezuela hayan hermanos y hermanas con corazones conformes al de Dios, pero sobretodo hombres y mujeres dispuestos a reconocer y arrepentirse sinceramente ante Dios. Amén
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[1.Jul.2012]_Dominical-UBF-Venezuela_(1SA_..14)-Mensaje.pdf
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FOROS UBF ESPAÑOL
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P. Verónica Ramírez (SV)
( 18 de diciembre de 2020 )
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