Rut 1:1 - 4:22
1:1 Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.1:2 El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.
1:3 Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,
1:4 los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años.
1:5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
1:6 Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.
1:7 Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.
1:8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.
1:9 Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron,
1:10 y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.
1:11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?
1:12 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,
1:13 ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.
1:14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.
1:15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.
1:16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
1:17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.
1:18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
1:19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
1:20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
1:21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
1:22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.
2:1 Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.
2:2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Vé, hija mía.
2:3 Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.
2:4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.
2:5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?
2:6 Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab;
2:7 y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.
2:8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.
2:9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.
2:10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?
2:11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes.
2:12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.
2:13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.
2:14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró.
2:15 Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis;
2:16 y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis.
2:17 Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada.
2:18 Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio.
2:19 Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.
2:20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.
2:21 Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega.
2:22 Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo.
2:23 Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra.
3:1 Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?
3:2 ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
3:3 Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
3:4 Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
3:5 Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.
3:6 Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
3:7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.
3:8 Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies.
3:9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.
3:10 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.
3:11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
3:12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.
3:13 Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.
3:14 Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.
3:15 Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.
3:16 Y cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.
3:17 Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías.
3:18 Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.
4:1 Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó.
4:2 Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
4:3 Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec.
4:4 Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.
4:5 Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión.
4:6 Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir.
4:7 Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel.
4:8 Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato.
4:9 Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón.
4:10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy.
4:11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén.
4:12 Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.
4:13 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo.
4:14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel;
4:15 el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.
4:16 Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya.
4:17 Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.
4:18 Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón,
4:19 Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab,
4:20 Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón,
4:21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed,
4:22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.
Rut, mujer virtuosa
En 1959 las esposas de Jin Elliot y Nate Sain, Elizabeth Elliot y Rachel Saint volvieron a la jungla y vivieron entre los Huaorani donde llevaron a muchos de ellos a los pies de Cristo, los nativos les contaron que “George” les había dicho que los hombres blancos planeaban comerse a los Huaorani por eso los habían matado. La vida y muerte de estos misioneros no fue en vano pues fueron de gran inspiración para que otros jóvenes consagraran sus vidas a Jesús, Y sus esposas tuvieron el valor de ir nuevamente al lugar donde se encontraban las personas que asesinaron a sus esposos, es un ejemplo para todos que dos grandes mujeres a pesar del dolor por la pérdida de sus esposos decidieron continuar la obra evangelística y seguir su vida de fe a pesar de las duras pruebas y dificultades que enfrentaron para luego recibir la gran bendición de convertir estas almas para Cristo.
Hoy les hablaré de dos mujeres que tuvieron que enfrentar muertes inesperadas pero que al final la bendición de Dios pudo imponerse ante las adversidades. Ellas son Rut la cual fue la bisabuela del Rey David y Noemí quien fue bendecida por la lealtad de Rut.
I. La decisión
La historia de Rut y Noemí comienza trágicamente entre la hambruna, y los funerales cuando el esposo de Noemí: Elimelec y sus dos hijos Mahlon y Quelion provenientes de Judá se establecieron en los campos de Moab, al morir Elimelec, sus hijos tomaron para sí esposas moabitas el nombre de una era Orfa y la otra Rut. Después de diez años murieron también los dos hijos Mahlón y Quelión y quedo Noemí con sus dos nueras Orfa y Rut. Viendo Noemí que ya no tenía nada que hacer en Moab, salío de allí para volverse a su tierra natal Juda, y como no tenía nada que ofrecerle a sus dos nueras les dijo que se quedaran en su tierra natal (Moab), Orfa la besó y volvió a su tierra sin embargo ¿qué hizo Rut? Leamos Rut 1:15-18 “Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.”
La decisión que tomó Rut fue muy difícil puesto que ella pertenecía a las tierras de Moab e irse a Judá significaba separarse de sus costumbres de sus dioses. Irse con su suegra que ya estaba vieja no tendría ningún beneficio para su vida, ella como viuda podía tomar otras decisiones y vivir más cómoda en su tierra y hasta conseguir otro esposo pues las costumbres del pueblo judío eran diferentes a las de Moab, pero ella se conmovió por su suegra y no quería dejarla y las enseñanzas de Dios que Noemí le había dado quedaron grabadas en su mente y corazón, su decisión fue seguir al Dios de Noemí y continuar con las costumbres judías a pesar de que seguir estas costumbres no le traía ningún beneficio a su vida, ella pudo ver que seguir este camino le traería bendiciones. Rut hizo un pacto de compromiso con Noemí, tuvo fe y confió en el poder de Dios.
Podemos pensar que tomar el camino de seguir a Jesús puede ser difícil, puesto que pensemos que puede afectar los planes de nuestra vida, estudios, trabajo etc, pero así como Rut debemos ver más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos o con nuestra mente, debemos actuar con fe y creer que si seguimos el camino que Dios nos ofrece tendremos muchas bendiciones de las que podemos imaginar pues Dios tiene un hermoso plan para nosotros como el que tuvo con Rut.
Rut ejemplifica la palabra de Mateo 10:39 “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.” En esta Palabra hallar la vida se refiere a aquel que dedica su tiempo y su vida para hacer sólo su voluntad y sólo lo que él cree que es bueno para sí mismo, pero la Biblia dice que todo aquel que busca hacer lo que a Dios le agrada es el que halla la verdadera vida (es decir, la vida eterna) Una decisión puede cambiar nuestra vida, pero no una decisión temporal, sino una decisión firme, la palabra de Dios habla claramente que si elegimos nuestra vida la perderemos pero si escogemos estar con Jesús él nos dará la vida eterna.
Cuando llegaron a Belen de Judá Noemí todavía se sentía muy mal por la muerte de sus hijos y esposo y cuando llegó a Judá se cambio su nombre que significa “agradable, delicioso” a Mara que significa “amargura”, pues era lo que había en su corazón. A pesar de todo, ella decidió seguir viviendo. A través de su dolor y amargura, Dios quería bendecirla y usarla para bendecir a otros y al lado de su nuera Rut emprendieron un hermoso plan que cambiaría sus vidas. Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
II. El esfuerzo y la obediencia
Noemí tenía un pariente de su marido llamado Booz, el cual tenía un campo de espigas. Como ellas no tenían como mantenerse Rut decidió ir al campo a recoger las espigas detrás de los segadores, el trabajo de espigar era un trabajo muy inferior y más recoger lo que otros botan pero a Rut no le importó hacerlo sino que más bien lo hizo con diligencia. El campo donde ella espigaba resultó ser el campo de Booz el pariente de Noemí. Rut agradó a Booz pues ella fue muy diligente y esforzada, leamos Rut 2:8 “Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.”
Cuando Rut llegó a casa de Noemí le trajo todo lo que había recogido y le contó todo lo que había pasado con Booz, leamos Rut 2:19 “Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.”
Noemí sabía que su pariente podía redimirla y las tres primeras responsabilidades del pariente redentor eran: Proteger la vida del pariente muerto, comprar su libertad y si era necesario podía casarse con ella para continuar el nombre de la familia. Así que Noemí la condujo a Booz e ideo un plan para que él se enamorara de Rut y se casaran. Leamos Rut 3:2-5 “¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas. Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber. Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer. Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.”
Rut hizo todo lo que su suegra le mando y fue a donde estaba Booz, aprovechando que ya había acabado el tiempo de siega y en este día se celebraba como costumbre el que hubo un año más de cosecha, Rut se acercó en silencio y sin ser vista por nadie hasta donde estaba Booz y se acostó sobre sus pies y en un acto de simbolismo le dijo que extendiera su capa sobre ella lo cual significaba protección, cuidado y apoyo. Veamos como respondió Booz:
Rut 3:10-11 “Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.”
Booz se enamoró de Rut y quería redimirla sin embargo había otro pariente antes que él; que tenía el derecho de redimir primeramente, si el otro pariente no quería redimir a Rut y su suegra entonces el tomaba esa responsabilidad. Así que Booz fue a donde estaba ese otro pariente y le comento todo lo relacionado con Noemí y Rut, el pariente le dijo que no podía casarse con Rut y que le daba el derecho a Booz de hacerlo y de redimir completamente el nombre del esposo de Noemí leamos:
Rut 4:9-10 “Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy”
Podemos ver que el carácter obediente y esforzado de Rut fue la que la llevó a obtener el agrado de Booz y de recibir su remisión él la llamo mujer virtuosa, también Noemí actuó con astucia pues aconsejo a su nuera lo que debía hacer para transmitirle a Booz el deseo de casarse con ella. Como Rut debemos esforzarnos por obtener las bendiciones de Dios ya que estas no llegan solas sino buscamos a Dios primeramente y nos esforzamos para ser merecedores de la gracia de Dios, como dice Mateo 6:33 “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Noemí aconsejo a Rut como debía prepararse para encontrarse con Booz así también debemos prepararnos para buscar y encontrarnos con Jesús.
En primer lugar debemos lavarnos con agua de la palabra y arrepentirnos sinceramente de nuestros pecados.
Segundo ungirnos, pasar tiempo en su presencia, orando, alabando, y adorando al señor.
Tercero vestirnos con las ropas de actitudes correctas, humildad, santidad y justicia
Y por ultimo esperar con fe la bendición. Dios está activo en la vida de los que permanecen fieles a su palabra y a Él.
III. La bendición de Dios
Finalmente Rut y Booz se casaron y tuvieron un hijo llamado Obed quien fue el abuelo del Rey David, el linaje donde proviene nuestro Señor Jesucristo. Su suegra Noemí fue la nana de Obed y de cierta forma pudo recuperar una familia y vivir tranquila con su nuera y su pariente
Leamos Rut 4:14-15 “Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.”
Rut fue una extranjera que dejo su vida y sus dioses para ser parte del pueblo escogido por Dios y prefirió recibir sus bendiciones. Noemí fue una viuda que cambio su amargura por la fe en Dios. La fe y la fidelidad cambiaron la tragedia en triunfo y la derrota en redención. ¡Realmente fue una realización gloriosa!
Booz que significa “en el está mi fuerza” vino a simbolizar lo que hizo nuestro Señor Jesucristo, pues así como Booz “rescató” a Noemí y a Rut y no permitió que estuviesen desamparadas y errantes por el mundo, así mismo Jesús vino a rescatarnos, a pagar el precio que teníamos que pagar por nuestros pecados, Jesús nos compró con su sangre y nos incluye como redimidos en su herencia, la cual es la vida eterna.
¿Quieres ser parte de esa Herencia?
1Co 2:9 “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”
Oro para que amemos y entreguemos nuestras vidas a Dios y seamos hombres y mujeres de virtud. Amén
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[18.Mar.2012]_Dominical-UBF-Venezuela_(RUT_1..1-4..22)-Mensaje.pdf
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