Hola hermanos buenos días. ¡Feliz Navidad! Gloria a Dios que nos deja hablar acerca de sus palabras siendo tan limitados e infieles, por su gracia, para que hoy tengamos la oportunidad de encontrarnos con Él. Me gustaría confesarles que cuando el M. Juan Carlos Vivas, me sugirió compartirles un mensaje sobre este pasaje, le dije: Juan esa palabra siempre me ha costado compartirla o estudiarla. Y pensé para mí: son muchas historias, no entiendo tanto el propósito, pero le dije: vamos a hacerlo. Pero de verdad, a veces vienen las personas que desean estudiar la biblia por primera vez y le decimos: “empieza a estudiar los evangelios, empieza por Mateo!”, y cuando comienza a leer que el Salmón engendró al Robón, y otros nombres raros, y después la ramera, y después David engendró con la mujer de otro, pueden salir corriendo.  

Por eso yo oraba: Señor dame una palabra para yo comprender en este tiempo el valor profundo de este pasaje para mí y para mis hermanos. Ayer me topé con Hechos 17 de una predicación en Atenas del apóstol Pablo: 26 De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, 28 “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes”. Todos venimos de Adán, todos los hombres somos iguales ante los ojos de Dios, sea de la raza o nación que sea, aún tenga el comportamiento que tenga, independientemente de eso, Dios ha estado llevando el curso de la historia de los pueblos y las generaciones hacia un propósito, que cada ser humano lo busque voluntariamente, y tenga un encuentro redentor con Él. Por eso, esta genealogía está fundada en torno a las promesas de Dios de enviar a Cristo Jesús, nuestro salvador. Incluso aún después de Jesús, toda la historia que estamos viviendo sigue teniendo el propósito que nos encontremos con Dios, ¡qué hermoso es el amor de Dios! Porque de tal manera nos amó Dios que dio a su propio y unigénito Hijo para que no nos perdiéramos sino que pasáramos la eternidad con Él. Y Jesús, no estimó el ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino que se despojó de su gloria para hacerse semejante a nosotros los hombres, humildemente consumó el plan de Dios que se venía gestando por cientos de años y generaciones. La semana pasada aprendimos sobre la promesa de Salvación que Dios hizo a la humanidad después de la caída fatal. Hoy vamos a ver, en resumen, cómo se gestó el cumplimiento de esa promesa, no fue fácil, tomó muchos años, por el mismo pecado del hombre.

En la cultura Judía, la genealogía era muy importante, y es normal presentar a las personas en compañía de sus padres, en especial, los más resaltantes, Mateo lo hace con Jesús, pero también resalta a las personas, que hoy hablaremos, muestran otras cosas no tan positivas de los antepasados de Jesús. Pero no solo para los judíos es importante las generaciones, sino que para Dios es importante, en la biblia encontramos literalmente centenares de ejemplos, uno: Salmos 78:8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu. Muchas veces, Dios asoció la bendición o maldición sobre una persona con sus generaciones pasadas y futuras. Nuestro comportamiento pudiera estar asociado con nuestros antepasados y tener una influencia en nuestros descendientes. En este Salmo, por ejemplo, Dios manda a arrepentirse y a no copiar la rebeldía de los antepasados, sino a disponer nuestro espíritu para serle fiel a Dios.

Hoy la genealogía sigue siendo muy importante, y los estudiosos de las ciencias biológicas y sociales ya lo notaron. Por eso, aún nosotros mismos cuando descubrimos un patrón de comportamiento propio o en nuestros estudiantes de la biblia tomamos un tiempo para mirar hacia atrás, para mirar los ejemplos de nuestros padres, abuelos, tíos, etc. Suele pasar que juramos no copiar comportamientos específicos de nuestros padres o personas cercanas, pero que aún inconscientemente terminamos replicándolos. Por ejemplo, algunos ven violencia en sus casas, o adulterio, o pereza, o malos tratos, y terminan haciendo lo mismo.

Los ascendentes de Jesús tenían muy mal ejemplo de corrupción espiritual. Mateo quiso resaltar los pecados de los personajes bíblicos en la genealogía de Jesús. Aunque hicieron actos de fe, no había ningún elemento de jactancia en todos ellos. Jesús rompió en seco con ese patrón generacional negativo, porque Jesús vivió perfectamente y sin pecado. Solo en Jesús podemos superar los malos modelos generacionales que hemos heredado de una u otra forma. Debemos aceptar el poder adoptivo de la sangre derramada por Jesús en la cruz, cuando creemos en Jesús nos convertimos en hijos adoptados de Dios, y nuestro antepasado más importante, el que marca ahora nuestra nueva manera de vivir es Jesús. Gloria a Dios. 1 Pedro 1:18-19 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, Fuimos rescatados con precio de sangre, por eso mediante el estudio de la biblia profundo, la obediencia y el poder del Espíritu Santo es posible dejar atrás esos patrones generacionales malos.  

Hay más de 40 personajes acá en este capítulo, no podemos hablar de todos, pero hablaremos un poco de algunos para identificar lo común entre ellos que el escritor Mateo quiere mostrarnos. Leamos el v.1: Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Dios levantó un pueblo escogido, pasando por una historia muy dinámica, llena de caídas, disciplina, de la misericordia de Dios, de arrepentimiento, de fe, y sobre todo de la gracia de Dios. Dos pilares de este pueblo, de esta historia, fueron Abraham y David.

Dios le dio una promesa generacional a Abraham: Génesis 12:2-3 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Esta promesa se la reafirmó a Él mismo, y luego a sus descendientes inmediatos, a Isaac y a Jacob, quien llegó a ser Israel, el padre de la nación judía, a él Dios le dijo en una visión: Génesis 28:13-14 En lo alto de la escalera, veía al Señor, que le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde ahora estás acostado. Tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te esparcirás hacia el occidente y el oriente, hacia el norte y el sur. En ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. Estas promesas de bendición nos  alcanzan a nosotros y hasta la eternidad, porque se refiere a Jesucristo, la simiente, y a su descendencia espiritual donde entramos nosotros por la fe.  Como lo dijo el apóstol Pablo en Gálatas 3:29 Y si ustedes son de Cristo, ciertamente son linaje de Abrahán y, según la promesa, herederos. Gloria a Dios

Estos hombres eran muy privilegiados por recibir semejantes promesas, y podríamos pensar que eran seres casi celestiales, de muy buen comportamiento y que hacían su devocional sin faltar ni un día, para poder tener semejante relación con Dios, sin embargo no fue así. Tanto Abraham como sus hijos fueron grandes pecadores, mentirosos y cobardes. Abraham tenía poca fe en principio. Él dejó la tierra de la promesa cuando hubo hambre allí y se fue a Egipto sin consultarle a Dios. Tuvo miedo de los egipcios y convenció a su esposa de decir mentiras, que ella no era su esposa sino su hermana, fue cobarde, hasta el punto en que  dio a su esposa para que fuera esposa de Faraón, Dios tuvo gran misericordia de Abraham y no lo permitió. Pero Abraham lo volvió a hacer luego con Abimelec rey de Gerar. Los hombres debemos proteger a nuestras esposas con fe, amarla como Cristo amó a la iglesia, aún con la vida, debemos ser valientes.

Dios también prometió un hijo a Abraham con Sara, pero ellos no supieron esperar con fe y se quejaban con Dios. Hasta que resolvieron la situación con sus propias ideas, haciendo que Abraham adulterara con su sierva Agar y naciera un niño llamado Ismael. Ese no era el plan de Dios, por lo tanto trajo muchos sufrimientos por generaciones hasta hoy día. Él se apartó de Dios por varios años. Ellos eran una familia llamada por Dios para grandes cosas, pero hasta ahora no tenían una vida de fe, vivían como incrédulos de hecho. Pero Dios en su tiempo le volvió a hablar y Abraham respondió con fe y Dios cumplió su promesa, le dio un hijo con Sara al que llamó Isaac. La fe de Abraham creció en la medida que disponía su corazón para obedecer a Dios, y por la gracia de Dios estuvo dispuesto a todo, aún de sacrificar a su propio hijo. Abraham creyó a Dios la promesa y obedeció a Dios. Dios vio su fe y solamente por la gracia de Dios él pudo convertirse en el padre de la fe que es merecidamente, a pesar de sus muchas fallas y errores.  

Isaac repitió los pecados de su padre, Jacob hizo lo propio, pero ellos finalmente, por la gracia del Señor, manifestaron su fe en Dios. Hebreos 11: 17-21 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir. Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. Dios bendijo la fe de estos hombres para preservar la bendición de la promesa por generaciones, por esa gracia y fe ellos son preciosos miembros de la genealogía de Jesucristo. Por la fe nosotros podemos heredar la promesa de Dios también, oro que a pesar que podamos fallar, reconozcamos por fe que Dios nos ha llamado para sus planes y propósitos, y entonces podamos caminar en obediencia a su palabra, siendo de bendición para nuestros descendientes y para nuestra familia en la fe.

David también fue en principio un hombre común, e incluso menospreciado por su familia. Pero Dios lo llamó desde muy joven y él respondió a Dios con mucha valentía. El venció al gigante Goliat en el nombre de Dios siendo apenas un muchacho, Dios lo levantó como el rey de Israel. David era un adorador de Dios, usaba sus talentos para alabar al Señor. Dios lo reconoció como un hombre conforme a su corazón, él conocía a Dios porque lo buscaba con anhelo, conocía al Dios lleno de misericordia.  David respetó a Dios respetando la vida del Rey Saúl. Pero un día se confió, durmió mucho y cayó en la tentación del adulterio, uso su poder para acostarse con la esposa de uno de sus soldados, para tapar su pecado cometió homicidio intelectual con Urías el esposo de esta mujer. En un instante David cometió al menos 5 pecados muy llamativos como pereza, codicia, mentira, adulterio, asesinato los cuales le trajeron grandes y terribles consecuencias. David intentó ocultar todo, pero Dios en su misericordia lo confrontó y David se arrepintió sinceramente, Dios lo perdonó y conservó su promesa generacional con David. A pesar de sus pecados, David pudo ser, por su humilde decisión de fe, un ejemplo de gracia y amor a Dios en la genealogía de Jesucristo. Dios lo bendijo grandemente durante su reinado. Nosotros también podemos ser utilizados por fe si nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados aunque fuimos y somos grandes pecadores. Cuando nos arrepentimos escribimos una nueva historia, y bendecimos a nuestras generaciones. Amén?

Cuando David fue levantado como rey Dios le dio una promesa mesiánica: 2 Samuel 12,16 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino... Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. Esto fue un pacto incondicional de Dios con David, no dependía de lo bueno o lo malo que hacía David, no dependía del mal comportamiento de los reyes siguientes ni del gran pecado que haría Israel yéndose detrás de otros dioses. Esta promesa se cumplió perfectamente en Jesús, el Rey Eterno y Soberano. El rey prometido que vendría a obtener la victoria en la cruz por nuestros pecados. Gloria a Dios que cumplió su plan de salvación y nos llamó a ser parte de su reino eterno. Amén.

Hermanos, solo hemos hablado de los dos primeros versículos, pero creo describe en gran parte el espíritu del mensaje sobre la genealogía de Jesús. Ahora quiero que veamos el poder inclusivo y sin distinción de la historia de salvación meditando en la vida de algunas mujeres que aparecen en este pasaje.

Normalmente, los judíos no consideraban muy bien a las mujeres, y mucho menos colocarlas en las genealogías. Además, ellos rechazaban a los gentiles, en algunos casos claramente como un mandato de Dios de no mezclarse con otros pueblos idólatras. Sin embargo, Mateo incluye a estas mujeres. Es porque ellas tenían una fe que agradó a Dios. Nos enseña que Dios se complace en aquellos que viven por fe, independientemente de su género o su nacionalidad. 1. Tamar (V.3) era una viuda abandonada después de la muerte consecutiva de sus dos  maridos, los hijos de Judá. Judá prometió darle su tercer hijo como debía ser, pero se arrepintió. Él la mandó a la casa de su padre. Tamar no pudo esperar más y aprovechó la debilidad emocional de su suegro y tomó la decisión de vestirse como una ramera y acostándose con él, concibió gemelos. Esta historia parece ser muy vergonzosa como para estar en el libro de la genealogía de alguien, menos de Jesús, hoy podríamos intentar convencer a Mateo que no la colocara. Sin embargo, la acción de Tamar fue motivada por la sabiduría y considerada por Dios como un acto de fe al preservar la generación donde nacería Jesús, Dios tuvo misericordia de ella luego de tanto sufrimiento, e hizo que Judá se arrepintiera. Mateo quería mostrar que la obra de Dios es por gracia.

2. Rahab (V.5) era una prostituta que vivía en Jericó cuando el ejército israelita estaba listo para destruir la ciudad para ejecutar el juicio de Dios. Los judíos menospreciaban a las rameras. En ese momento, Rahab recordó lo que Dios le había hecho a los egipcios cuando sacó a Israel de la esclavitud. Ella creía que Dios gobernaba los cielos y la tierra y que seguramente cumpliría su propósito. Tenía fe en el Dios Creador, el Dios de Israel. Así que se puso del lado del pueblo de Israel. Ella arriesgó su vida para esconder a los espías israelitas y animó al ejército israelita diciéndoles cuán temible era el pueblo de Jericó. //Hablando humanamente, ella era una traidora. Corrió el riesgo de ser odiada, pero Dios vio su fe y le perdonó la vida y la de los miembros de su familia. Además, Dios la incluyó en la genealogía de Jesús. Mateo mostró claramente que Dios utilizó a una ramera extranjera, que creyó en Dios y tuvo fe, para continuar así su obra de salvación.  

3. Rut (V.5) era moabita y nuera de Noemí, judía. Cuando el esposo y los hijos de Noemí murieron temprano, Noemí quedó completamente sola. Para Rut, era normal dejar a su suegra Noemí y regresar a Moab. Pero Rut decidió quedarse con Noemí y la siguió de regreso a Israel. Ella dijo con firmeza: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”. (Rut 1:16). Rut pareció que estaba perdiendo todo con esta decisión. Pero Dios bendijo su decisión de fe y estableció su familia con Booz. Y recibió así una bendición mucho más grande de lo que imaginó jamás, se convirtió en la bisabuela del rey David y preservadora del linaje del mesías.

4. Betsabé la mujer de Urías. (V.6) Con quién David pecó. Mateo quería mostrar claramente el pecado de adulterio en esta situación. Sin embargo, ella luego fue una mujer que escuchó la voz de Dios por medio del profeta Natán y la obedeció aunque implicaba un alto riesgo, ella entró al palacio del Rey David confiando en Dios para pedir humildemente el cumplimiento del juramento de que su hijo Salomón sucedería en el trono de David. Su fe valiente dio los frutos, su hijo Salomón fue ungido rey de Israel. Oro que podamos recibir en nuestra vida, por la fe que actúa como la de Betsabé, todas las promesas de Dios para nuestra bendición, para su gloria y para el avance de su reino.

Tamar, Rahab, Rut y Betsabé eran mujeres de fe. Aunque ellas no se destacaron por su buena reputación, Dios produjo lo bueno de lo que era malo, por las decisiones de fe de ellas, y Jesús vino de este linaje. En este sentido su historia se relaciona con la de María, ella concibió a Jesús de forma moralmente dudosa para los ojos humanos, pero ella escuchó la voz de Dios y actuó por la fe, así Dios usó su fe para traer a Jesús al mundo. V. 16  y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.  Por fin! Nació Jesús. Pudiéramos hablar de muchas más cosas que debieron ser superadas por las personas de esta genealogía para que pudiera llegar el día en que naciera el Cristo en esta preciosa familia escogida y preparada por Dios (María y José)  

Para mí la genealogía de Jesús me muestra la perseverancia en la fe, la fidelidad de Dios a su promesa a pesar de los hombres y sus pecados, esto me habla de lo importante que es para Dios cumplir su plan, trabaja para eso. Me muestra mucho la gracia de Dios, su amor inmerecido por nosotros. En esta historia vimos personas comunes, personas importantes como reyes, extranjeros, grandes pecadores, pero al mismo tiempo grandes decisiones de fe y de arrepentimiento que trajeron gran bendición para sus generaciones y las siguientes.

Veo a Jesús en toda la historia, en todo el antiguo testamento. Y en este punto de la historia, el plan de Dios estaba ya muy cerca de ser consumado con el nacimiento de Jesús, pero la cruz era el punto final, para ello Jesús hizo su tarea perfectamente durante su vida, completó el plan de salvación de Dios con la misma determinación histórica de Dios Padre. Gracias a Dios por la venida de Jesús. Oro que cada día su venida tenga más sentido para más personas y tengamos un encuentro redentor con el Señor. Dios usa a hombres y mujeres que tienen una fe personal a pesar de sus debilidades y sin importar quiénes sean. Oro que Dios nos conceda la fe para recibir personalmente su gracia esta Navidad.