Mateo 14:13-21
14:13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades.14:14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
14:15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.
14:16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
14:17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
14:18 El les dijo: Traédmelos acá.
14:19 Entonces mandóa la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
14:20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
14:21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Jesús resucitó a una niña
Hermanos Dios les bendiga en este día en que estamos reunidos para adorar al Señor y escuchar su Palabra. Continuamos en nuestra serie de milagros de Jesús, la semana pasada tuvimos la oportunidad de escuchar el mensaje por parte de la pastora Carmen María, en el cual vimos una historia muy interesante: la de una mujer que tras pasar 12 años con flujo de sangre fue sanada por Jesús. Este mensaje lo predico mi esposa por varios motivos, pero el principal de ellos es que ella por ser mujer puede entender mejor el contenido de este pasaje y por ende puede predicarlo con más énfasis y con más convicción que yo, que por el hecho de ser hombre aunque lo intente no puedo llegar a entender estas cosas tan profundamente como ella.
Pero esta semana veremos un pasaje bien impactante en el ministerio de Jesús: El resucitar a una persona, en este caso a una personita de tan sólo 12 añitos de edad. Antes de entrar en el contenido de este mensaje quiero que veamos (y tú hermano y hermana que estás leyendo este mensaje) un video de un cantante cristiano venezolano que muchos de nosotros conocemos… Daniel Calveti y el tema se titula: La Última Palabra (haz clic AQUÍ para verlo). Esta canción narra cómo un niño muere a causa de una meningitis, los médicos hicieron todo por salvarlo pero la muerte llegó a él, sin embargo, la fe de sus padres en que Dios lo levantaría de nuevo hizo que este niño tras 8 horas de muerto y metido en el frío implacable de una morgue volviera a la vida, y no sólo las sábanas blancas que cubrían su cuerpo comenzaron repentinamente a moverse sino que este niño tras ser examinado de nuevo no tenía meningitis, pero ¿saben quién es este niño? ¡Es Daniel Calveti, el mismo que canta la canción!, este video y este tema son su testimonio y por medio de este video quiero hablarles de este pasaje bíblico extraordinario el cual tiene mucha semejanza con este video.
Leamos V21 “Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar.” En esta palabra podemos ver que nuevamente Jesús se encontraba rodeado de una gran cantidad de gente, y se encontraba en uno de sus lugares preferidos: en la orilla del mar. En medio de todo el alboroto de gente y de enfermos aparece entre la multitud un hombre y al llegar a Jesús ocurre lo siguiente, leamos V22,23 “Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.” Vino ante Jesús un hombre, pero no cualquier hombre, sino como lo dice el V22 uno de los principales de la sinagoga cuyo nombre era Jairo. Como ya muchos de nosotros sabemos los principales de la sinagoga (escribas, fariseos y saduceos) eran las personas encargadas de que el pueblo conociera y recibiera la palabra de Dios, ellos eran los “líderes” religiosos de esa época, pero en lugar de enseñar la palabra lo que hacían era criticar a la gente y acusarlos de pecadores. Pero Jairo aunque pertenecía a este gremio no era como ellos, más bien el sabía que Jesús no era lo que decían sus colegas, él sabía en su corazón que Jesús era el Hijo de Dios y que tenía verdadero poder de sanar a si hija, la cual para el momento en que le hace la petición a Jesús la niña aún se encontraba viva y estaba agonizando (V23).
Es muy importante destacar que Jairo siendo de entre los principales de la sinagoga acude a Jesús en pleno día y delante de toda la multitud (a diferencia de Nicodemo otro principal de la sinagoga quien acudió a Jesús de noche y a solas por temor a que sus colegas –también maestros de la sinagoga- no fueran a tomar represalias contra él), Jairo no tuvo temor de lo que podían hablar de él en la sinagoga sino que por amor a su hija y por la fe que tenía de que Jesús la podía sanar, tomo decisión firme de acercarse a Él y postrado de rodillas le suplicaba mucho por la sanidad de su hija (V23). La Biblia no detalla que enfermedad tenía la niña, pero lo cierto es que agonizaba y sufría mucho por esta enfermedad, y la vida poco a poco se le iba a esta niña, condición que le partía el alma a su padre.
Jesús ante esta manifestación de fe de este líder religioso accede a ir a su casa y sanar a su hija. Leamos V24 “Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.” Aquí vemos que Jesús iba camino a casa de Jairo con toda la intención de sanar a su hija, pero ese camino estaba como una camioneta en un viernes de quincena a las 5 de la tarde y con lluvia… ¡FULL! La multitud lo apretaba y casi que ni podía caminar de la gente, pero en eso ocurre una historia hermosa y fascinante la cual es la de la mujer de flujo de sangre que les comente al principio la cual pueden leer en detalle en la lectura 4 de esta serie.
Leamos V35 “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?” En este momento ocurre algo completamente trágico para Jairo: ¡su única hija, la niña de sus ojos había muerto! Justo lo que Jairo mas temía, justo lo único que él no quería que ocurriera había ocurrido, la única esperanza que este hombre tenía se acababa de esfumar como el humo. ¡Qué duro debe ser pasar por lo que este hombre estaba pasando! Pero el Jesús que hoy les predico es más grande que cualquier problema, el Jesús del que hoy les hablo no tiene límites en lo que puede hacer, ese mismo Jesús viendo que la fe de Jairo estaba desmoronándose a causa de la fatal noticia decide animar de inmediato a este padre… ¿Qué le dijo Jesús?: leamos V36 “Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.” Jesús dijo “No temas, cree solamente” con esta palabra le quiso decir que no importa lo que digan de él, no importa cuál sea la circunstancia que esté pasando, no importa si la muerte ha tocado las puertas de su casa, Jesús le dijo: “LA ÚLTIMA PALABRA LA TENGO YO, repite en voz alta ¡La última palabra la tienes tu Jesús, Amén! Tras estas palabras de Jesús volvió la fe de nuevo a Jairo, y continuaron camino a su casa.
La mayoría de nosotros hemos experimentado el dolor que causa la pérdida de un ser muy querido, o por lo menos hemos experimentado el que un familiar o persona muy allegada se encuentre en una situación de salud bastante difícil en la que su vida pende de un hilo. Pero no sólo a nivel de salud, sino que también a nivel laboral puede ser que hayamos estado a punto de ser despedidos (por reducción de personal por ejemplo), a nivel académico puede ser que estemos a punto de perder una materia la cual nos prela las materias que queremos ver el semestre que viene, o puede ser que tu matrimonio esté unido sólo por una pequeña hebra y cualquier tropiezo lo terminaría de romper. Si es así Jesús hoy te dice: No temas, cree solamente. Ten confianza en que si dejas en manos de Jesús esos problemas, serán solucionados de una manera sobrenatural, el detalle es que aunque decimos con la boca “si creo” en nuestro corazón en realidad “no creemos”, también puede ser que inicialmente comenzaste a creer, pero pasando un tiempo llegaron las tempestades de la vida y perdiste tus fuerzas y tus ganas de seguir creyendo, pero aún no es tarde, pues aunque la hija de Jairo ya había muerto y todo parecía haber llegado a su fin en realidad Jesús tenía la solución en sus manos, y a ti hoy te digo que Jesús tiene en sus manos la solución definitiva de todos y cada uno de tus problemas. En mi caso en la actualidad estoy enfrentando una situación semejante con mi abuela, quien a sus casi 80 años de edad la semana pasada que estuve en Caracas estuvo muy mal de salud y tuvo que ser hospitalizada de inmediato, por misericordia de Dios ella se está recuperando de una infección severa en los pulmones y tengo fe de que Jesús tiene la vida de mi abuela en sus manos y hará en ella el milagro de recuperarla por completo. ¡Amén!
Leamos V37,38 “Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.” Al llegar a casa de Jairo había un gran alboroto por lo que había ocurrido, esta niña era muy querida por sus familiares y su muerte fue el peor suceso que podía acontecer en ese momento, pues como lo dice el V23 la niña antes de morir estuvo agonizando, y ciertamente es sumamente doloroso ver a alguien sufrir mucho a causa de una enfermedad y agonizar antes de verlo morir.
Jesús al entrar en la casa dice a todos los que allí se encontraban algo realmente inesperado y absurdo para todos ellos: leamos V39 “Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme.” Las palabras de Jesús no tenían ningún sentido, para ellos lo que Jesús estaba diciendo era una total y rotunda estupidez. Pero Jesús en realidad se estaba refiriendo a su condición espiritual, Jesús estaba diciendo que la muerte en la carne es como dormir, ¡así de simple!, “La niña no está muerta, sino duerme”, entonces ¿Por qué Jesús dijo que la niña no está muerta? Estas palabras nos inducen a la siguiente pregunta: ¿Qué significa entonces estar muertos? La respuesta a esta pregunta es que Jesús no estaba refiriéndose a la muerte en la carne sino a la muerte espiritual. Y entonces… ¿Qué es la muerte espiritual? ¿De dónde viene esa muerte? Podemos ver en la Biblia libro de Génesis cap 3 que Adán y Eva a través de la tentación de satanas tuvieron en su corazón envidia de ser como Dios y comieron del fruto del árbol que Dios les había prohibido y tras esta desobediencia Dios maldijo la creación por causa del hombre, esa maldición es la muerte espiritual la cual Dios se había referido cuando le dijo al hombre “…ciertamente morirás” (Gén 2:17). Pero a la vez que Dios castigó al hombre maldiciendo la creación y destinándolo a una muerte espiritual, estableció una salida, un camino para ser salvos de esa muerte espiritual que todos los seres humanos llevarían, ese camino es Jesús. Juan 14:6 dice “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”.
Luego que Jesús dice estas palabras ocurre lo siguiente: leamos V40 “Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.” Esta gente a pesar del dolor por la muerte de la niña tuvieron suficiente valor para burlarse de Jesús, para ellos lo que Jesús estaba diciendo era ilógico y absurdo, pero Jesús viendo ese corazón duro y que ellos no tenían nada de fe tomó decisión de llevar adentro donde estaba la niña a: Pedro, Jacobo, Juan (V37) y los padres de la niña (V40) ellos eran los en realidad estaban esperando que Jesús solucionara. Y ellos allí reunidos con Jesús y la niña “dormida” ocurre el milagro más esperado: leamos V41,42 “Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.” Podemos ver que Jesús con tan sólo decir a la niña levántate se cumplió de inmediato su mandato, ¿por qué? porque Jesús tiene más poder que la muerte y si Jesús le dice a la muerte ¡apártate! tiene que irse. Con este hecho podemos ver que Jesús cumplió con su promesa de salvar a la hija de Jairo, ya que a pesar de haber muerto en la carne, él la hizo volver, y por medio de esa muerte Jesús se glorificó en sus padres.
Viendo el contenido de esta palabra podemos ver que espiritualmente son 3 los estados en que nuestro espíritu puede encontrarse: muertos, dormidos o vivos. Obviamente todos los que estamos aquí (y los que están leyendo estas líneas) estamos vivos en la carne y algún día moriremos en la carne, porque como lo dice la Biblia: “pues polvo eres, y al polvo volverás” (Gén 3:19) pero espiritualmente hablando… ¿Qué será de nosotros después de la muerte carnal? La Biblia claramente dice en 1Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”.
A causa del pecado hemos muerto (o mejor dicho tenemos como destino la muerte eterna), pero si aceptamos y conocemos a Jesús entonces tendremos como nuevo destino la vida eterna, sin embargo, hay muchos que actualmente están “dormidos”, es decir, no están ni vivos ni muertos espiritualmente. Es por eso que ahora Jesús se está acercando a ti y te dice levántate, ya no duermas más y despierta, porque yo El Salvador he venido a ti para darte vida eterna y salvarte de todas las dolencias que sufrirán aquellos que no me reciban.
Leamos V43 “Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.” Luego de que la niña se levantara y comenzara a caminar Jesús pide a sus padres que le dieran de comer, esto muestra que si la niña tenía apetito es porque la enfermedad que la hacía agonizar ya no estaba en ella, por lo que aparte de traerla a la vida la sanó de su enfermedad física. Jesús cuando hace algo lo hace completo, no bastaba con que la niña volviera de la muerte, sino que era necesario que ella no agonizara más por su enfermedad. Igualmente Jesús quiere hacer contigo, no sólo quiere que tengas la vida eterna sino que mientras estés en este mundo tu vida esté en sus manos, bendecida por él y que tengas la fuerza y valor necesario para superar todas las dificultades que en esta vida terrenal se presentará.
Quiero decirte hermano(a) que en tus manos tienes la gran decisión de tu vida: aceptar a Cristo voluntariamente y despertar hacia una vida eterna junto a Él ó seguir durmiendo y morir hacia una muerte eterna lejos de Él. Es ahora que estamos vivos en la carne que podemos tomar decisión de qué camino escoger y cuál destino queremos para nuestra vida espiritual, ya que una vez que muramos en la carne ya no podremos cambiar de opinión ni tomar nuevas decisiones.
Oro para que la humanidad que en estos momentos está durmiendo, pueda despertar espiritualmente y ser guiados a Jesús quien es el camino, la verdad y la vida y nos dé a todos la vida eterna y salvación de nuestro espíritu. ¡Amén!
Pero esta semana veremos un pasaje bien impactante en el ministerio de Jesús: El resucitar a una persona, en este caso a una personita de tan sólo 12 añitos de edad. Antes de entrar en el contenido de este mensaje quiero que veamos (y tú hermano y hermana que estás leyendo este mensaje) un video de un cantante cristiano venezolano que muchos de nosotros conocemos… Daniel Calveti y el tema se titula: La Última Palabra (haz clic AQUÍ para verlo). Esta canción narra cómo un niño muere a causa de una meningitis, los médicos hicieron todo por salvarlo pero la muerte llegó a él, sin embargo, la fe de sus padres en que Dios lo levantaría de nuevo hizo que este niño tras 8 horas de muerto y metido en el frío implacable de una morgue volviera a la vida, y no sólo las sábanas blancas que cubrían su cuerpo comenzaron repentinamente a moverse sino que este niño tras ser examinado de nuevo no tenía meningitis, pero ¿saben quién es este niño? ¡Es Daniel Calveti, el mismo que canta la canción!, este video y este tema son su testimonio y por medio de este video quiero hablarles de este pasaje bíblico extraordinario el cual tiene mucha semejanza con este video.
Leamos V21 “Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar.” En esta palabra podemos ver que nuevamente Jesús se encontraba rodeado de una gran cantidad de gente, y se encontraba en uno de sus lugares preferidos: en la orilla del mar. En medio de todo el alboroto de gente y de enfermos aparece entre la multitud un hombre y al llegar a Jesús ocurre lo siguiente, leamos V22,23 “Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.” Vino ante Jesús un hombre, pero no cualquier hombre, sino como lo dice el V22 uno de los principales de la sinagoga cuyo nombre era Jairo. Como ya muchos de nosotros sabemos los principales de la sinagoga (escribas, fariseos y saduceos) eran las personas encargadas de que el pueblo conociera y recibiera la palabra de Dios, ellos eran los “líderes” religiosos de esa época, pero en lugar de enseñar la palabra lo que hacían era criticar a la gente y acusarlos de pecadores. Pero Jairo aunque pertenecía a este gremio no era como ellos, más bien el sabía que Jesús no era lo que decían sus colegas, él sabía en su corazón que Jesús era el Hijo de Dios y que tenía verdadero poder de sanar a si hija, la cual para el momento en que le hace la petición a Jesús la niña aún se encontraba viva y estaba agonizando (V23).
Es muy importante destacar que Jairo siendo de entre los principales de la sinagoga acude a Jesús en pleno día y delante de toda la multitud (a diferencia de Nicodemo otro principal de la sinagoga quien acudió a Jesús de noche y a solas por temor a que sus colegas –también maestros de la sinagoga- no fueran a tomar represalias contra él), Jairo no tuvo temor de lo que podían hablar de él en la sinagoga sino que por amor a su hija y por la fe que tenía de que Jesús la podía sanar, tomo decisión firme de acercarse a Él y postrado de rodillas le suplicaba mucho por la sanidad de su hija (V23). La Biblia no detalla que enfermedad tenía la niña, pero lo cierto es que agonizaba y sufría mucho por esta enfermedad, y la vida poco a poco se le iba a esta niña, condición que le partía el alma a su padre.
Jesús ante esta manifestación de fe de este líder religioso accede a ir a su casa y sanar a su hija. Leamos V24 “Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.” Aquí vemos que Jesús iba camino a casa de Jairo con toda la intención de sanar a su hija, pero ese camino estaba como una camioneta en un viernes de quincena a las 5 de la tarde y con lluvia… ¡FULL! La multitud lo apretaba y casi que ni podía caminar de la gente, pero en eso ocurre una historia hermosa y fascinante la cual es la de la mujer de flujo de sangre que les comente al principio la cual pueden leer en detalle en la lectura 4 de esta serie.
Leamos V35 “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?” En este momento ocurre algo completamente trágico para Jairo: ¡su única hija, la niña de sus ojos había muerto! Justo lo que Jairo mas temía, justo lo único que él no quería que ocurriera había ocurrido, la única esperanza que este hombre tenía se acababa de esfumar como el humo. ¡Qué duro debe ser pasar por lo que este hombre estaba pasando! Pero el Jesús que hoy les predico es más grande que cualquier problema, el Jesús del que hoy les hablo no tiene límites en lo que puede hacer, ese mismo Jesús viendo que la fe de Jairo estaba desmoronándose a causa de la fatal noticia decide animar de inmediato a este padre… ¿Qué le dijo Jesús?: leamos V36 “Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.” Jesús dijo “No temas, cree solamente” con esta palabra le quiso decir que no importa lo que digan de él, no importa cuál sea la circunstancia que esté pasando, no importa si la muerte ha tocado las puertas de su casa, Jesús le dijo: “LA ÚLTIMA PALABRA LA TENGO YO, repite en voz alta ¡La última palabra la tienes tu Jesús, Amén! Tras estas palabras de Jesús volvió la fe de nuevo a Jairo, y continuaron camino a su casa.
La mayoría de nosotros hemos experimentado el dolor que causa la pérdida de un ser muy querido, o por lo menos hemos experimentado el que un familiar o persona muy allegada se encuentre en una situación de salud bastante difícil en la que su vida pende de un hilo. Pero no sólo a nivel de salud, sino que también a nivel laboral puede ser que hayamos estado a punto de ser despedidos (por reducción de personal por ejemplo), a nivel académico puede ser que estemos a punto de perder una materia la cual nos prela las materias que queremos ver el semestre que viene, o puede ser que tu matrimonio esté unido sólo por una pequeña hebra y cualquier tropiezo lo terminaría de romper. Si es así Jesús hoy te dice: No temas, cree solamente. Ten confianza en que si dejas en manos de Jesús esos problemas, serán solucionados de una manera sobrenatural, el detalle es que aunque decimos con la boca “si creo” en nuestro corazón en realidad “no creemos”, también puede ser que inicialmente comenzaste a creer, pero pasando un tiempo llegaron las tempestades de la vida y perdiste tus fuerzas y tus ganas de seguir creyendo, pero aún no es tarde, pues aunque la hija de Jairo ya había muerto y todo parecía haber llegado a su fin en realidad Jesús tenía la solución en sus manos, y a ti hoy te digo que Jesús tiene en sus manos la solución definitiva de todos y cada uno de tus problemas. En mi caso en la actualidad estoy enfrentando una situación semejante con mi abuela, quien a sus casi 80 años de edad la semana pasada que estuve en Caracas estuvo muy mal de salud y tuvo que ser hospitalizada de inmediato, por misericordia de Dios ella se está recuperando de una infección severa en los pulmones y tengo fe de que Jesús tiene la vida de mi abuela en sus manos y hará en ella el milagro de recuperarla por completo. ¡Amén!
Leamos V37,38 “Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.” Al llegar a casa de Jairo había un gran alboroto por lo que había ocurrido, esta niña era muy querida por sus familiares y su muerte fue el peor suceso que podía acontecer en ese momento, pues como lo dice el V23 la niña antes de morir estuvo agonizando, y ciertamente es sumamente doloroso ver a alguien sufrir mucho a causa de una enfermedad y agonizar antes de verlo morir.
Jesús al entrar en la casa dice a todos los que allí se encontraban algo realmente inesperado y absurdo para todos ellos: leamos V39 “Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme.” Las palabras de Jesús no tenían ningún sentido, para ellos lo que Jesús estaba diciendo era una total y rotunda estupidez. Pero Jesús en realidad se estaba refiriendo a su condición espiritual, Jesús estaba diciendo que la muerte en la carne es como dormir, ¡así de simple!, “La niña no está muerta, sino duerme”, entonces ¿Por qué Jesús dijo que la niña no está muerta? Estas palabras nos inducen a la siguiente pregunta: ¿Qué significa entonces estar muertos? La respuesta a esta pregunta es que Jesús no estaba refiriéndose a la muerte en la carne sino a la muerte espiritual. Y entonces… ¿Qué es la muerte espiritual? ¿De dónde viene esa muerte? Podemos ver en la Biblia libro de Génesis cap 3 que Adán y Eva a través de la tentación de satanas tuvieron en su corazón envidia de ser como Dios y comieron del fruto del árbol que Dios les había prohibido y tras esta desobediencia Dios maldijo la creación por causa del hombre, esa maldición es la muerte espiritual la cual Dios se había referido cuando le dijo al hombre “…ciertamente morirás” (Gén 2:17). Pero a la vez que Dios castigó al hombre maldiciendo la creación y destinándolo a una muerte espiritual, estableció una salida, un camino para ser salvos de esa muerte espiritual que todos los seres humanos llevarían, ese camino es Jesús. Juan 14:6 dice “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”.
Luego que Jesús dice estas palabras ocurre lo siguiente: leamos V40 “Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.” Esta gente a pesar del dolor por la muerte de la niña tuvieron suficiente valor para burlarse de Jesús, para ellos lo que Jesús estaba diciendo era ilógico y absurdo, pero Jesús viendo ese corazón duro y que ellos no tenían nada de fe tomó decisión de llevar adentro donde estaba la niña a: Pedro, Jacobo, Juan (V37) y los padres de la niña (V40) ellos eran los en realidad estaban esperando que Jesús solucionara. Y ellos allí reunidos con Jesús y la niña “dormida” ocurre el milagro más esperado: leamos V41,42 “Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.” Podemos ver que Jesús con tan sólo decir a la niña levántate se cumplió de inmediato su mandato, ¿por qué? porque Jesús tiene más poder que la muerte y si Jesús le dice a la muerte ¡apártate! tiene que irse. Con este hecho podemos ver que Jesús cumplió con su promesa de salvar a la hija de Jairo, ya que a pesar de haber muerto en la carne, él la hizo volver, y por medio de esa muerte Jesús se glorificó en sus padres.
Viendo el contenido de esta palabra podemos ver que espiritualmente son 3 los estados en que nuestro espíritu puede encontrarse: muertos, dormidos o vivos. Obviamente todos los que estamos aquí (y los que están leyendo estas líneas) estamos vivos en la carne y algún día moriremos en la carne, porque como lo dice la Biblia: “pues polvo eres, y al polvo volverás” (Gén 3:19) pero espiritualmente hablando… ¿Qué será de nosotros después de la muerte carnal? La Biblia claramente dice en 1Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”.
A causa del pecado hemos muerto (o mejor dicho tenemos como destino la muerte eterna), pero si aceptamos y conocemos a Jesús entonces tendremos como nuevo destino la vida eterna, sin embargo, hay muchos que actualmente están “dormidos”, es decir, no están ni vivos ni muertos espiritualmente. Es por eso que ahora Jesús se está acercando a ti y te dice levántate, ya no duermas más y despierta, porque yo El Salvador he venido a ti para darte vida eterna y salvarte de todas las dolencias que sufrirán aquellos que no me reciban.
Leamos V43 “Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.” Luego de que la niña se levantara y comenzara a caminar Jesús pide a sus padres que le dieran de comer, esto muestra que si la niña tenía apetito es porque la enfermedad que la hacía agonizar ya no estaba en ella, por lo que aparte de traerla a la vida la sanó de su enfermedad física. Jesús cuando hace algo lo hace completo, no bastaba con que la niña volviera de la muerte, sino que era necesario que ella no agonizara más por su enfermedad. Igualmente Jesús quiere hacer contigo, no sólo quiere que tengas la vida eterna sino que mientras estés en este mundo tu vida esté en sus manos, bendecida por él y que tengas la fuerza y valor necesario para superar todas las dificultades que en esta vida terrenal se presentará.
Quiero decirte hermano(a) que en tus manos tienes la gran decisión de tu vida: aceptar a Cristo voluntariamente y despertar hacia una vida eterna junto a Él ó seguir durmiendo y morir hacia una muerte eterna lejos de Él. Es ahora que estamos vivos en la carne que podemos tomar decisión de qué camino escoger y cuál destino queremos para nuestra vida espiritual, ya que una vez que muramos en la carne ya no podremos cambiar de opinión ni tomar nuevas decisiones.
Oro para que la humanidad que en estos momentos está durmiendo, pueda despertar espiritualmente y ser guiados a Jesús quien es el camino, la verdad y la vida y nos dé a todos la vida eterna y salvación de nuestro espíritu. ¡Amén!
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